Los habitantes de la comunidad 1º de noviembre, ubicada en el suroeste de Barquisimeto, protestaron de manera pacífica por el retardo en la construcción de viviendas y culminación de otros domicilios. En agosto del año pasado, a través de Corpolara, inició la edificación del urbanismo, sin embargo, después de las elecciones presidenciales el proyecto se mantiene estancado.
Ayer, los residentes del vecindario, se mostraban preocupados por el largo tiempo que llevan esperando respuesta de la dirección del antiguo Fudeco.
A los obreros no les pagaron más. La obra está paralizada. Las últimas nueve viviendas que fueron levantadas se encuentran sin puertas, ventanas y otros elementos importantes.
Dayana Chirinos, afectada, declaró que si bien reconocen la necesidad de remuneración de los obreros, las familias también sufren debido al hacinamiento en los ranchos y además las casas “ a medio construir” empiezan a arruinarse por la prolongada exposición al sol y a las lluvias.
Hasta siete personas conviven en un mismo espacio, como lo vive en carne propia Jendy Parra, integrante del consejo comunal, quien perdió a su esposa hace dos meses y vive junto a sus seis hijos en una reducida estructura de zinc.
“Soy albañil y puedo adelantar la construcción de mi casa pero sin materiales cómo hago. Pedimos consideración con nuestros hijos, pequeños que no merecen pasar necesidades a causa de la indiferencia oficial”, sostuvo.
El ingeniero de Corpolara, Manuel García, a cargo de la obra, “no da la cara”, agregaron los vecinos del popular sector cercano a comunidades emblemáticas como 5 de Julio y Los Cerrajones o Cleofe Andrade.
En este sentido, piden que las solicitudes hechas en los últimos meses sean atendidas y velen también por la instalación del sistema eléctrico y la construcción de drenajes a fin de evitar inundaciones en época de lluvias.
Fotos: Daniel Arrieta