El estreno de Lenín Bastidas como director técnico del Club Deportivo, lejos de ser soñado, fue toda una pesadilla, estropeado por un agrandado Zamora que aprovechó cada una de sus ocasiones, la mayoría de las veces en contragolpe, para llevarse un botín valioso del Metropolitano de Cabudare, merced de una victoria 3-0, durante la segunda jornada del torneo Clausura de primera división.
Bastidas apostó por un sistema táctico distinto al de su antecesor (apeló al 4-4-2) y colocó en cancha a hombres que durante el semestre anterior no vieron minutos, como los casos de Ángelo Chávez y Aquiles Ocanto, pero la jugada no le salió –fue un mal día para el equipo en líneas generales- y terminó con un revés en su estreno, algo que, sin embargo, no debe generar mayor alarma, por tratarse de apenas su primer compromiso como timonel.
Eso sí, la ausencia de Zamir Valoyes –sorpresivamente se quedó en el banco de suplentes- se sintió en todo el primer tiempo, porque el equipo tenía la pelota, pero, predecible, sin cambios de ritmos, ni sorpresa, le fue difícil inquietar al cuadro llanero, al punto de que su primer ocasión clara llegó en la parte final y mediante un cabezazo de Rafael Castellín.
El Deportivo Lara tuvo posesión, porque fue dueño de la pelota desde el pitazo inicial. Pero, en honor a la verdad, se quedó sin luces. Y mucho tuvo que ver la ausencia de Valoyes o de otro desequilibrante como Edgar Pérez Greco –que no estuvo en la convocatoria- porque el juvenil Chávez, más allá de las ganas y la voluntad, fue frenado en todos los mano a mano por la banda derecha.
Por eso se hizo difícil la tarea de remontar. Zamora se fue al descanso con la ventaja en la pizarra y tenía méritos de sobra, porque, con su estilo, a su manera, jugó mejor que el rival, pero su primer gol, lejos de ser virtud del pateador, fue una falla de la barrera, que se abrió ante un disparo de Gabriel Torres y le dificultó las cosas al portero Alan Liebeskind.
Eso ocurrió al minuto 13 y le dio alas al rival para aferrarse a su libreto. Tenía la ventaja y confiaba en su defensa, razón por la que decidió esperar y luego contragolpear. Y la historia fue repetitiva. Un equipo rojinegro que dominaba el balón y trataba de penetrar la defensa, por un lado y por el otro, mientras que el blanquinegro, con mucho orden, repelía y depositaba en sus atacantes las esperanzas de gol. Y vaya que creó peligro el conjunto barinés, porque sus atacantes, cuando embalaban, parecían inalcanzables, y generaban peligro frente a un elenco larense mal parado siempre y con una defensa más lenta de lo habitual.
Fue así como llegó a sus otros dos goles, en el segundo tiempo, para coronar un partido casi perfecto.
A todas estas, Bastidas, aunque reconoció las virtudes del Zamora consideró exagerado el resultado.
“Creo que no fue merecido perder 3-0… hicimos méritos en los primeros 10 o 15 minutos y fuimos un equipo que atacó, que si nos vamos a la posesión, la tuvimos, pero lamentablemente nos encontramos con un gol donde se abre la barrera y eso nos complicó el partido”, desarrolló el DT en su análisis para luego reconocer que el rival “vino a contragolpear y fue efectivo”.
No fue el debut que se esperaba, pero no hay tiempo para lamentos. Mañana hay que hacerle frente a otro duelo de local, ante El Vigía, en partido adelantado, y sin margen de error, con la obligación de sumar los tres puntos.
Foto: Daniel Báez