Ante un nutrido público se desarrolló el festín coral auspiciado por la Fundación Juan Carmona de EL IMPULSO y la Fundación Niños Cantores de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Lara.
La Sala Alternativa de esta casa editora abrigó por más de una hora las melódicas voces de la Kantoría Juvenil de Cabudare, del Coro Juvenil del estado Yaracuy y de la Camerata Larense, a propósito del 1º Encuentro Centroccidental Meeting Tour .
A sala llena, la profesora Libia Gómez anunció la velada con palabras de agradecimiento dirigidas al profesor Luis Gerardo Glines, quien vino a Barquisimeto en ocasión de la gira con directores de grupos y coros.
Glines efectuó en nuestra entidad un conjunto de reuniones como representante de Interkultur, programa que ha llevado sus eventos por las principales ciudades de Venezuela, Colombia y otros países de Latinoamérica, con el fin de hacer aún más estrechas las relaciones con la organización.
Interkultur es una organización dedicada a unir a gentes y países, culturas e ideologías mediante una competición pacífica de canto. Günter Titsch dio vida a la asociación en 1988 con el 1er Concurso Coral Internacional de Budapest.
Glines, durante su intervención, destacó la calidez humana de los barquisimetanos.
Acompasado
La Kantoría Juvenil de Cabudare, fundada en marzo de 2009 con el nombre de Coro Juvenil de la Orquesta Sinfónica de Cabudare, fue la primera en subir al escenario.
Bajo la tutela de Gregory Ortiz, la agrupación interpretó las obras Hodie Cristus NatusEst (Gordon Lamb), Ave María (Anónimo), De todos los caminos; música de Jesús Rondón, letra de Ángel Palacios y arreglos de Ortiz, Cuando no salga la luna; letra y música de Vasallos del Sol y Lara tamunangueao, esta última a petición del público.
La actuación de la Kantoría Juvenil de Cabudare destacó por la rítmica interpretación de los temas, a propósito de la incorporación del cuatro, tambor y cajón.
Si bien se trata de un coro relativamente joven, sus 28 voces, pertenecientes al núcleo de Cabudare, derrocharon un talento excepcional.
Este coro hizo gala de un repertorio variado, desde la música académica hasta la música popular venezolana, dando cuenta del empeño, dedicación y pasión que sus integrantes le imprimen a cada presentación.
Se destaca la participación de Julio Chacón, miembro de la Kantoría, quien por petición de Ortiz, dirigió la agrupación coral durante la interpretación de la pieza Ave María.
Debut
Para el Coro Juvenil de Yaracuy, creado en 2010, se trató de una experiencia un tanto nueva, ya que -como dijo el profesor Edgar Quiñones, director del grupo- era la primera vez que ofrecían un concierto sin orquesta.
Quiñones, además de agradecer la invitación a la profesora Libia, con el objetivo de ser parte del regalo musical, recordó que fue Gómez quien encendió la mecha coral en el estado vecino.
Luego, sin más preámbulo, el director abrió el repertorio con el Ave María de Franz Xaver Bielb. La interpretación se realizó a doble coro, coro piccolo y coro mixto.
Las más de 45 voces continuaron el banquete musical con la interpretación de las obras Esta tierra, de Javier Busto; Caballo viejo, de Simón Díaz y con arreglos de Luis Eduardo Galián; y La niña Heriberta, de Don Pío Alvarado y arreglos de Quiñones.
Aunque el coro no estaba completo, tal y como afirmó Quiñones, las voces inundaron el recinto, dando cuenta de una gloriosa intensidad y evidente empatía entre cantantes y el director, quien a través de sus gestos y sencillez, exponía su sensibilidad musical. El público también les pidió otra, por lo que el Coro Juvenil de Cabudare repitió la pieza La niña Heriberta.
Experiencia
Con más de 25 años de experiencia, las 24 voces triunfadoras de la emblemática Camerata Larense se apoderaron del escenario con una actuación, como de costumbre, magnífica.
Bajo la dirección de la profesora Libia Gómez, la agrupación regaló un repertorio de altura, compuesto por las obras Crucifixus, de Antonio Lotti; Salve Regina, de Josep Vila Cassanas; Aporrumbiosis, de Guido López Gavila; y Seis Perreao, de José Ignacio “Indio” Figueredo, música anónima y arreglos de Felipe Izcaray.
La distinción y uniformidad caracterizó la regia presentación de la Camerata Larense.
Asimismo, fue evidente la creatividad, desenvoltura e indudable talento de sus músicos, quienes valiéndose de varios instrumentos y otros atributos, como el zapateo, concibieron un recital impecable, cargado de mística.
La interpretación de Aporrumbiosis fue prueba de esas habilidades indiscutibles de la Camerata Larense, obra en la que los músicos hacen uso de la onomatopeya, la puesta en escenas y golpes con la punta el pie como sinónimo de percusión.
Fotos: Ricardo Marapacuto