Una vez iba un conductor en su automóvil por una larga y muy solitaria carretera cuando de pronto, su auto comenzó a detenerse hasta quedar estático, intentó arrancar una y otra vez, pero fue infructuoso. El hombre bajó, abrió el capó, revisó, trató de averiguar qué era lo que tenía, pero no daba con el desperfecto. Pensaba que pronto podría encontrar que era lo que tenía, ya que era un hábil mecánico. Este auto hacía muchos años que lo conducía, sin embargo después de mucho insistir se dio cuenta de que no encontraba el daño del motor. En ese momento apareció otro auto, del cual bajó un hombre a ofrecerle ayuda.
El conductor del primer auto dijo:
– Mira, este es mi auto de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que tú sin ser el dueño puedas hacer algo.
El otro hombre insistió con una cierta sonrisa, hasta que finalmente el primer hombre dijo:
– Bueno, haz el intento pero no creo que puedas, ya que, este es mi auto y no hay alguien que lo conozca como yo.
El hombre que insistía en ayudar se arremangó y echó manos a la obra, en pocos minutos encontró el daño que tenía el auto accidentado y lo pudo arrancar.
El conductor quedó atónito y preguntó:
– ¿Como pudiste arreglarlo si es mi auto?
El segundo hombre contestó:
– Verás, mi nombre es FelixWankel….yo inventé el motor rotatorio que usa tu auto.
Cuantas veces le decimos a Dios: esta es mi vida, este es mi destino, esta es mi casa, estos son mis problemas y he intentado una y otra vez. Al enfrentarnos a los problemas y a los días difíciles creemos que nadie nos podrá ayudar pues “es MI vida”, “Quien me conoce mejor que yo”.
Te voy a hacer unas preguntas:
¿Quién hizo la vida? ¿Quién hizo el tiempo? ¿Quién creó la familia?, ¿Quién te hizo?.
Solo aquel que es el autor de la vida y el amor, puede ayudarte cuando te quedes tirado en la carretera de la vida. Cuando tratas de ponerte en marcha y por mas que lo intentes no lo logras. Cuando viene esos días grises, o de confusión, donde no hay claridad en el horizonte, sin embargo el autor de Hebreos nos recuerda: “De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me hará el hombre.” Hebreos 13:6
Como lo dice Rick Warren: “Si no hubiera Dios, todos seríamos unos “accidentes”, el resultado fortuito de una lotería astronómica en el universo.” Dejarías de leer este articulo porque la vida carecería de sentido, de propósito o de significado. No habría bien ni mal, ni esperanza más allá de tus pocos años en la tierra.
Pero hay un Dios que te creó por un motivo, ¡y tu vida tiene una profunda razón de ser! Encontramos el sentido y el propósito sólo cuando tomamos a Dios como punto de partida en nuestras vidas. El apóstol Pablo nos guía en torno a esto al escribir: “La única forma de entendernos a nosotros mismos con exactitud es por lo que Dios es y hace por nosotros”.
Este poema de Russell Kelfer lo resume todo:
Eres quien eres por una razón, Eres parte de un plan minucioso, Eres criatura singular, diseño hermoso, Llamado por Dios hombre o mujer.
Vas tras la búsqueda de una razón, Errores no comete Dios, Te entretejió en el vientre, no eres ilusión. Eres justo lo que Él quería hacer.
A quienes tienes por padres Él eligió, Pese a cómo te sientas por ello, De acuerdo con Su plan los escogió, Del Maestro llevan su sello.
No fue fácil encarar esa emoción, Dios lloró al verte sufrir, Lo permitió para formar tu corazón, Para que a su semejanza puedas vivir.
Eres quien eres por una razón, La vara del Maestro te formó, Eres quien eres, por amor. La verdad, ¡hay un Dios!.
Si Dios te diseñó, quién te conoce mejor
Dios diseñó cada característica de tu cuerpo. Eligió tu raza a propósito, el color de tu piel, tu cabello y cualquier otro detalle. Hizo tu cuerpo a la medida, tal y como Él lo quería. También dispuso todos los talentos y habilidades naturales que posees y la singularidad de tu personalidad. El rey David dice de Dios: “Me conoces por dentro y por fuera. Conoces cada hueso de mi cuerpo; sabes cómo fui hecho, parte por parte, cómo fui esculpido”.
Dios nunca hace nada por casualidad, todo el él tiene una causa. Dios tampoco comete errores. Él tiene un propósito para cada cosa que crea. Todo, animales y plantas, fue pensado por Dios; incluso cada persona fue creada con un propósito en mente. Tú eres uno de ellos. Y si en oportunidades sientes que todo se vuelve confuso y parece que no descubres a donde te lleva la vida, es hora de descubrir para que Dios te creó. Nada es más importante que conocer los propósitos de Dios para tu vida, y nada puede compensarte el no conocerlos; ni siquiera el éxito, la riqueza, la fama o los placeres. Sin un propósito, la vida es una marcha sin sentido, un movimiento sin dirección y sucesos sin motivos. La vida sin propósito es trivial, insignificante e inútil.
Sea cual fuere la circunstancia que estés viviendo, angustia, dolor, tristeza, e incluso si no identificas tus emociones, Dios te conoce, te Creó y sabe exactamente qué es lo que necesitas. Puedes gastar mucho tiempo, esfuerzo y recursos para tratar de solventar tu situación, pero sólo cuando acudes a tu Diseñador, tu Creador, podrás obtener la respuesta y la ayuda que necesitas. Qué esperas busca en este instante un momento de quietud y conéctate con Dios, el te comprende, te conoce y te ama, inténtalo y te sorprenderás del resultado. Solo tienes que hablar con Él como con un amigo. Esfuérzate y Hazlo. Twitter:@reajose