Eran las 7:00 de la noche del pasado viernes, cuando el joven Carlos Luis Galíndez Moreno, quien apenas había cumplido los 18 años en diciembre de 2012, decidió salir de la residencia de su familia en Quíbor, donde estaba bebiendo con varios parientes y amigos.
Sin embargo, no fue sino hasta después de las 11:00 de la noche que una tía del muchacho fue informada vía telefónica que a Carlos le habían disparado.
Durante la mañana de ayer fue posible conversar con Cruz Colmenares, tío de la víctima, quien se encontraba a las afueras de la morgue del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, donde junto al hermano mayor de Carlos y uno de sus primos, realizaba los últimos trámites para poder trasladar el cuerpo a Quíbor, donde le darían sepultura.
Según sus familiares, el joven, quien no estaba casado y laboraba pintando y reparando motos, fue víctima de la creciente hampa que azota a Quíbor desde hace tiempo, e incluso recordaron la época cuando aún podían estar en la calle con tranquilidad. “Ya no es así. Ahora hay que guardarse temprano”, resaltó Colmenares.
Informaron que el lamentable hecho se produjo en la vía a Quíbor frente al restaurante Gregory en la avenida Piolín, y afirmaron que los funcionarios del Centro de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas levantaron el cuerpo al mediodía del pasado sábado, cuando finalmente fue posible trasladarlo a la medicatura forense del Hcamp.
“Acompañamos a los efectivos del Cicpc hasta su sede en Barquisimeto para rendir declaraciones y luego vinimos al Hospital Central, donde afortunadamente pudimos ingresarlo para que le hicieran la autopsia, a pesar de la gran cantidad de gente que había aquí por lo de Uribana”, relató su tío, quien añadió que el muchacho era el tercero de seis hermanos.
Por su parte, José Luis Galíndez Moreno, hermano mayor de la víctima que también estaba presente, insistió que el joven era sano y no le conocían ningún enemigo. Los investigadores del Cicpc no les habían proporcionado mayor información sobre el posible móvil del hecho criminal.
Fotos: Jairo Nieto
