Unos gritos rompe el silencio de la sabana,
sólo son acallados por un nuevo grito de vida y esperanza,
para la parturienta es sonido angelical,
es la primera y única vez que el llanto del hijo le alegrará,
desde entonces se dará una extraña relación,
el llanto del niño se confunde con el dolor de la madre,
y el dolor del hombre con la agonía de ella,
hasta el final de la humanidad.
Madre, prueba viviente del amor del Creador por sus hijos.
Madre en tus ojos he visto la verdad,
Madre en tu rostro mi Dios me hablo,
y es que el Dios Bueno nos perdono dándonos su amor más grande.
Si Dios es amor, cuan parecido debe ser a una Madre
y es que es lo que más se acerca al Amor eterno.
su hijo juan Carlos Torrealba