Aunque el índice de escasez subió considerablemente en el mes de enero, la situación comenzó a normalizarse en los últimos días. El equipo periodístico de esta casa editorial realizó un recorrido por los mercados populares y supermercados, a fin de verificar el abastecimiento de productos considerados básicos en la dieta venezolana.
En los últimos meses de 2012, el índice de escasez subió al 16.8% según cifras emitidas por el mismo Banco Central de Venezuela (BCV).
Esta realidad, admitida por las autoridades, se extendió a lo largo y ancho del territorio nacional, pero en el caso de la región larense, la dotación de productos básicos durante el año pasado fue intermitente, con amplia tendencia al abastecimiento debido a la oportuna ubicación del estado, además del compromiso de los comerciantes locales quienes, pese a los problemas para la adquisición de divisas e importación, lograron ofrecer los productos solicitados por la población.
Algunos problemas persisten. En detalle, los carniceros manifiestan sentir temor por las fiscalizaciones que realiza el Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis), pues les resulta imposible vender la carne al precio regulado.
“Ellos vienen a fiscalizarnos, pero no se dan cuenta que nosotros compramos la carne mucho más costosa en los mataderos. Si vendemos a precio regulado perdemos mucho dinero”, expresó Rafael López, comerciante de un mercado popular.
Recalcó que una novilla de 260 kilogramos demanda una inversión de 9 mil 100 bolívares. Si venden la carne bajo precio de regulación perderían por los menos 6 mil bolívares.
Vale recordar que desde junio de 2011 no ha habido una revisión de los precios de la carne, situación que ha propiciado la especulación tanto en mataderos como en centros de distribución. “Hay que sincerar esos precios. La regulación no da resultado cuando no se ajusta a los costos”.
En busca de la “arepita”
Al venezolano le gusta tener en la mesa una buena arepa. No es sólo una tradición, es también la forma más económica de alimentar a familias numerosas, según contaron los mismos clientes.
El paquete de harina PAN se consigue en algunas bodegas en 15 y 17 bolívares, es decir, con un incremento del 200% sobre la regulación oficial de 5.93 bolívares.
En Pdval y Mercal se venden sólo dos harinas de maíz por persona, de marcas poco conocidas en el mercado, al igual que el aceite vegetal. EL IMPULSO corroboró que tampoco hay margarina en estos establecimientos del Estado.
Por su parte, las grandes cadenas comerciales han hecho un importante esfuerzo por abastecer sus anaqueles de los productos esenciales. En los supermercados hay harina, pero con aditivos dietéticos a 10 bolívares por paquete. También se observó presencia de harina de trigo, azúcar, leche en polvo, crema dental y papel sanitario.
No obstante, el producto más buscado sigue siendo el aceite de maíz, el cual no se ubicó en ninguno de los comercios.
A juicio de los vendedores, el Plan Nacional de Fiscalización ha dado algunos resultados positivos, pues en los últimos días han recibido mayor cantidad de productos de parte de los mayoristas.
Vale recordar que es habitual que a inicios de año se agoten los inventarios de alimentos y medicinas, pues las vacaciones colectivas del mes de diciembre, aunado a las compras propias de la temporada navideña, producen desabastecimiento de algunos rubros.
Fotos: Simón Alberto Orellana