El agigantado desarrollo demográfico que en la última década ha registrado Barquisimeto, si bien representa un crecimiento positivo para la expansión de su economía, constituye un problema cuando el viejo Terminal de Pasajeros no satisface la demanda tanto de los viajeros de esta ciudad como de quienes de otras regiones la visitan, debido a que sus espacios y servicios, construidos y adecuados en tiempos para una pequeña población de 400 mil habitantes y capacidad para 10 mil usuarios al día, se encuentra reducido, prácticamente a punto del colapso.
Por los alrededores de este viejo terminal el caos vehicular es la constante, transita un mundo de prostitución, está tomado por la delincuencia, los mendigos, la violencia y el mercado informal, tanto adentro como afuera.
Mientras tanto… el nuevo no arranca
Ahora bien, pese al serio inconveniente, todavía sigue inconclusa la obra iniciada en el mes de julio de 2005 por la Alcaldía de Iribarren, la Gobernación de Lara y el Ministerio de Infraestructura, para la construcción de la Estación Central Simón Bolívar, un moderno terminal ubicado en la avenida Florencio Jiménez, al noroeste de la capital larense, concretamente al lado del cementerio nuevo, jurisdicción de la parroquia Juan de Villegas.
Lo más sorprendente, pero que además ha constituido una burla para esta sociedad larense fue la promesa hecha por Henri Falcón en octubre de 2005, en su condición de alcalde de Iribarren, de que el nuevo Terminal de Pasajeros de Barquisimeto estaría operativo en el primer trimestre de 2006.
Un año después, el arquitecto proyectista de la obra, José Luis Martínez, se atrevió a decir que en febrero de 2007 la obra arrancaría con 300 unidades de transporte público, en una primera etapa, que contó con una inversión de 50 millones de dólares provenientes de Fondespa.
Seis años después… varados
Han transcurrido seis años luego de esos ligeros anuncios y la construcción de la Estación Central Simón Bolívar está paralizada.
Esta “megaconstrucción” plantea 6 andenes subterráneos, un centro de operaciones y un centro comercial, que al decir de sus proyectistas, sería el más grande conocido en el planeta.
También se dijo que tendría un área de sótano de 22.000 metros cuadrados, 260 locales comerciales distribuidos en 110 metros cuadrados y 5 niveles.
Una terraza también formaría parte de este nuevo Terminal en la que habría ferias de comida, un anfiteatro y salas de navegación, todo distribuido en un área de 13.000 metros cuadrados.
En cuanto a la movilización la capacidad sería de 300 autobuses diarios para prestarles servicios a 55.000 pasajeros al día.
Muy entusiasmados estaban los Barquisimetanos cuando los cálculos arrojaban como resultado que unas mil 800 personas trabajarían en el sistema de transporte como tal, y 4 mil en el centro comercial de la Estación Central Simón Bolívar, para un estimado de 6 mil empleos fijos, productivos y sustentables.
Todo ello quedó en anhelos
Barquisimeto necesita solucionar el colapso del viejo terminal de pasajeros y darle urgente paso a uno nuevo que integre los polos productivos de esta ciudad, principalmente sustentada en el comercio y los servicios, por el hecho de su estratégica ubicación respecto al estado Zulia, región de los Andes, estado Falcón, estado Yaracuy, Portuguesa y las ciudades de la región central.
Transbarca no arranca
En el último trimestre de 2012, en plena efervescencia de la elección presidencial en octubre, y elecciones regionales en diciembre, de una forma apresurada se observaron pruebas del Transbarca, conocido como el transporte que se construye en Barquisimeto, integrado a la Estación Central Simón Bolívar, el cual contribuiría a facilitarle a las personas una rápida y cómoda movilización.
Se trata de un sistema superficial compuesto por unidades eléctricas o trolebuses, diseñado para que en Barquisimeto recorran 34 kilómetros por canales exclusivos que conecten a las personas con los centros productivos de la ciudad.
Otra falsa expectativa se generó cuando se dijo que Barquisimeto contaría con este sistema a finales del tercer trimestre del año 2007, para transportar entre 180 mil y 240 mil pasajeros todos los días con una tarifa a bajo costo, fijada por la Alcaldía. Para entonces la obra llevaba un avance de 65%.
De acuerdo al plan, este sistema contemplaría 40 paradas y 3 estaciones subterráneas, en sus dos líneas, la 1 (expresa) y la 2 (comercial).
La línea 1 nacería en la Estación Central Simón Bolívar, sigue por la avenida Florencio Jiménez, sube por el elevado del Obelisco, continúa por la avenida Libertador, cruza en la calle 42, se incorpora a la avenida Venezuela, regresa a la avenida Libertador, a la redoma El Sol, toma la avenida Los Leones y llega hasta la redoma de la Divina Pastora, en Santa Rosa, en un recorrido de aproximadamente 21 kilómetros.
Mientras la línea 2, partirá desde El Obelisco, se incorpora a la avenida Rómulo Gallegos, continúa por el Boulevard de la 20, sigue por la avenida Lara y se consigue a la otra línea en la avenida Lara con Los Leones.
Estas dos rutas suman 34 kilómetros aproximadamente.
Las tres estaciones subterráneas se corresponderán con núcleos en los terminales de transferencia, el de cabecera, que estará en la estación central “Simón Bolívar”, la estación “La redoma El Sol” que conecta con el noroeste de la ciudad y la estación “La Avenida Lara con Los Leones” que enlaza con el sureste de la ciudad, allí confluirán los trolebuses y los autobuses. La idea es que se logre la desconcentración municipal en la ciudad.
Datos y errores
A principios de 2003 comienza el diseñar del proyecto, en el 2004, se presenta al gobierno nacional y en abril de 2005 se coloca la primera piedra fundacional para iniciar la obra en la que se invierten 360 millones de dólares, sin Impuesto al Valor Agregado (IVA). El Fondo para el Desarrollo Económico y Social del País (Fondespa), se encargó de financiar la construcción.
Fotos: Richard Alexander Lameda