El Real Madrid ha vuelto a la senda de los éxitos deportivos, pero no por ello consigue zafarse de las polémicas, la última de las cuales ha obligado a su presidente Florentino Pérez a desmentir un ultimátum de sus jugadores sobre el técnico José Mourinho.
Bajo el título «Presi, en junio, Mourinho o nosotros», el diario deportivo Marca informó este jueves que dos de los capitanes del equipo, Iker Casillas y Sergio Ramos, le habrían explicado a Pérez que varios futbolistas estaban dispuestos a dejar el club si el técnico portugués José Mourinho seguía al mando del equipo la próxima temporada.
Una información que fue inmediatamente desmentida por el presidente del club, en una de sus escasas comparecencias ante los medios, y por los dos capitanes del equipo, Casillas y Ramos.
En una rueda de prensa expresamente convocada por Pérez, el presidente del club madrileño calificó de «simplemente mentira» la información, insistiendo en que «recurrir a la mentira para desestabilizar al club no me parece ético».
Tras la respuesta de Pérez, Marca matizó un poco su artículo por boca de su director, Óscar Campillo: «no es verdad que nosotros hayamos dicho que los jugadores le han dado un ultimátum, un órdago o echado un pulso».
El periódico dice que los jugadores han dicho que si el entrenador «continúa la próxima temporada, esta temporada somos una piña, algunos jugadores van a plantearse pedir la salida del Real Madrid», añadió Campillo.
Aunque la veracidad de la información está todavía por demostrar, esta polémica se añade a una larga lista de altercados que Mourinho ha tenido con sus jugadores esta temporada.
Casi desde el principio de la temporada, el entrenador portugués ha multiplicado sus enganchadas con varias figuras.
Mourinho mandó al banquillo al central merengue tras la derrota del Madrid en casa del Sevilla (1-0), sin temblarle el pulso a la hora de hacer parcialmente responsable de la derrota a Ramos.
«Mou» apreció luego poco la particular protesta del español que, por solidaridad, se puso bajo su camiseta otra de su compañero Özil, injustamente relegado al banquillo, según el defensa internacional.
Apenas se había calmado el ‘caso Ramos’ cuando el técnico portugués inició un nuevo pulso con otro peso pesado del vestuario madridista: Casillas.
Aunque el portero español, campeón del mundo y doble campeón de Europa con sus selección, es uno de los pocos jugadores al que no se pueda reprochar la decepcionante trayectoria de los merengues en la Liga esta temporada (3º con 15 puntos de desventaja respecto al líder, el Barcelona), Mourinho también lo relegó al banquillo a finales de diciembre contra el Málaga.
«Mou» lo volvió a dejar en el banco en enero frente a la Real Sociedad.
El técnico afirmó, por su parte, que el estado de forma del portero estaba por debajo del del habitual meta sustituto, Antonio Adán.
Sin embargo, la mayoría de los observadores vieron en la decisión de Mourinho una forma de venganza personal contra un peso pesado que el técnico ha considerado siempre como un «rebelde» a su autoridad.
Ahora que los blancos han vuelto a enderezar su trayectoria deportiva, tras la clasificación para las semifinales de la Copa del Rey el miércoles, parece que la prioridad será intentar ahogar cualquier tipo de polémica, aunque éstas parecen ser resistentes.
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