El defensor del título masculino en el Abierto de Australia, Novak Djokovic, tendrá una difícil prueba el jueves en Melbourne, en su duelo de semifinales ante el español David Ferrer, un especialista en tierra batida que parece haber mejorado en pista dura.
Ferrer ya conquistó en noviembre el Masters 1000 de París-Bercy, en superficie rígida, y en los últimos meses es mucho más regular, con lo que se ha convertido en la gran esperanza española, coincidiendo con los meses de baja por lesión de Rafael Nadal, desde mediados del pasado año.
Djokovic necesitó cinco sets para eliminar en octavos de final al suizo Stanislas Wawrinka, aunque luego en cuartos de final tuvo menos problemas contra el checo Tomas Berdych, quinto cabeza de serie.
Ahora el desafío se llama Ferrer, que llegará posiblemente cansado después de necesitar cinco mangas para eliminar a su compatriota Nicolás Almagro en los cuartos.
Ferrer es el ‘outsider’ de este torneo y la alternativa al trío de favoritos que conforman los tres primeros de la ATP, Djokovic, el suizo Roger Federer (N.2) y el británico Andy Murray (N.3).
Djokovic, que confirmó su número uno mundial alcanzando estas semifinales en Melbourne, ha ganado dos veces a Ferrer en cuartos de final de Melbourne y dos veces en semifinales del Abierto de Estados Unidos, por lo que es el grandísimo favorito a sellar el pasaje para el último partido.
«Necesito jugar con agresividad en la pista, eso seguro», dijo Djokovic, que espera alcanzar su cuarta final en Australia en seis años.
«Él es un gran competidor. Es alguien muy respetado por todos porque juega muchos torneos y trabaja muy, muy duro», añadió.
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