#Opinion: Vandalismo municipal Por: Edilberto Ferrer

“Vandalismo” es definido como “…actitud o inclinación a destruir y/o provocar escándalos, sin consideración alguna hacia los demás…” También se le conoce como “…destrucción o devastación ocasionada por quien –como los antiguos vándalos- actúa con violencia y brutalidad…” En el caso de nuestro país, el vandalismo ocurre, sea por comisión, por parte de los actores, o por omisión por parte de las autoridades encargadas de controlarlos.
Se trata de una conducta destructiva, que no respeta el derecho de los demás y suele expresarse en diversas formas de rudeza, es asunto de hostilidad hacia la propiedad ajena, la cual se manifiesta en espacios públicos y privados, en el paisaje urbano, en las calles y las edificaciones, se con la intención de transmitir eventuales mensajes –legítimos o no- o simplemente por dañar lo ajeno.
Que los daños provengan de alguna forma de autoridad pública –por ignorancia o prepotencia- es una situación inaceptable, intolerable y preocupante, como ocurrió hace poco con la agresión al Monumento al Sol de Cruz Diez, profanado por la actitud vandálica de algún oscuro funcionario de la Alcaldía, con una desproporcionada profusión de corotos de dudoso gusto –se confunde la cantidad con la calidad- lo que se acentúa con el estímulo añadido a los malvivientes derrochando excesivos ruidos y alcohol a altas horas de la noche y bien entrada la mañana.
Pero esta última hazaña de la Alcaldía, no fue sino la “punta del Iceberg” en cuanto a los muchos hechos vandálicos generados por las autoridades, ocurrentes en una ciudaddonde reina la anarquía municipal. Solo por citar algunos ejemplos, entre muchos, tenemos el despliegue de mercancías en las aceras y parte de las calles, por parte de comerciantes inescrupulosos que irrespetan peatones y automovilistas.
Buhoneros profesionales depredadores nómadas, quienes mantienen rutas trashumantes que conectan todas las grandes ciudades, causando problemas al tránsito y los peatones. Un mayorista localizado entre las avenidas 20 y 21 y las calles 24 y 25, quien debe tener un gran padrino en la Alcaldía que le permite violar la Ordenanza que declaró a Mercabar como Centro de Mayoristas.
La proliferación de adornos navideños colombianos de pésimo gusto y seguramente jugosas comisiones para los funcionarios. La construcción del horroroso mamotreto en la avenida Venezuela, que obstaculiza la visión de la Flor de Venezuela. El deplorable tratamiento a las áreas verdes y a los árboles de plazas, parques y avenidas. La venta indiscriminada de detonantes, sin la menor consideración por las mascotas a las cuales martirizan. Un Aseo Urbano, que solo es domiciliario, mal, incompetente, con operarios groseros. La atroz nomenclatura de calls y avenidas y numeración de las casas. Semáforos dañados por semanas, por la tardanza en repararlos. Déficit de la vialidad urbana y suburbana, la misma desde hace más de veinte años, con un número decuplicado de vehículos.
Así como la falta de vías norte-sur –solo tenemos seis de un mínimo de quince- las vallas publicitarias, cada vez mas enormes – obre todo de entes políticos- que proliferen a pesar de las Ordenanzas sancionadas para el efecto. Todo este espectáculo dantesco que hoy vive Barquisimeto, tiene varios denominadores comunes, entre los que destacan: La crasa ignorancia de las autoridades –Alcaldesa y su Gabinete, los Concejales- acerca de cómo gerenciar una ciudad, unido a la prepotencia que caracteriza el cuadro oclocrático actual.
La incapacidad para ponerse de acuerdo en torno a una gestión municipal coherente, donde reina la anarquía, la falta de planeación –cada cual va por su lado- Todo es improvisación. Nos preguntamos ¿Existe alguna escuela para Alcaldes, para Concejales? ¡Claro que no! Tanto los unos como los otros forman una fauna que prolifera en esa “Corte de Milagros” –de Dumas- que define al escenario político, donde solo sobreviven -sin ninguna preparación- individuos hábiles para mimetizarse, gracias a su intuición, olfato y un innato poder de convicción a sus electores, apoyados por partidos poco escrupulosos y medios interesados en el clientelismo, parte de la corrupción.
Por tales razones, no se puede contar, esperar no confiar mucho en ellos. Si pudiéramos hacer un perfil de las autoridades municipales que nos han gobernado; detallaríamos unos funcionarios promedio con mediocre educación, escasa información y experiencia, corto razonamiento, excesivo cuidado del cambur y mínima exigencia por parte de los munícipes. Tales son las causas del vandalismo municipal actual, ejercido por omisión de valores, medidas. Prácticas y políticas que defiendan a los ciudadanos de los abusos de los vándalos por comisión.

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