Un bote de aguas blancas en la entrada de la comunidad la Ruezga Norte, en la vía que conduce a las parroquias El Cují y Tamaca, causó grandes problemas a las comunidades cercanas y también al centro de la ciudad.
De acuerdo al ingeniero Miguel Rojas, gerente metropolitano de Hidrolara, al parecer, hubo una falla en la soldadura entre la unión de un tubo y otro, causando un enorme caudal a lo largo del camino.
De hecho, la gran cantidad de agua fue lo que retrasó la reparación debido a que no podían llegar hasta el desperfecto. Informó que la situación ameritó el cierre de varias válvulas que surten del vital líquido al casco central de Barquisimeto, sin embargo, era necesario para impedir que el mineral siguiera despilfarrándose.
Aseguró que para las 5.00 de la tarde de ayer, quedaría solucionada la situación que además afectó a familias humildes de la Ruezga Norte, Ruezga Sur, San Jacinto y El Jebe. No pudieron almacenar lo necesario para cumplir con los quehaceres del hogar.
Descontento vecinal
Freddy Ramírez, habitante de San Jacinto, declaró que las incomodidades fueron muchas debido a que los hogares debieron comprar agua mineral en los establecimientos cercanos para preparar los alimentos.
Aparentemente, las comunidades venían denunciando un pequeño bote que desde hace varios meses se observaba en ese tramo (frente a la Ruezga Norte) sólo que “la hidrológica no atendió a tiempo nuestra solicitud”.
En la Ruezga Norte, muchas de las veredas tienen colapso de aguas negras y tampoco han sido atendidos los casos, dijo la vecina Eva Pacheco, quien mencionó los dolores de cabeza, náuseas y otros malestares como consecuencia de las fallas en la red colectora.
En este sentido, los vecinos en general, solicitan mayor compromiso de Hidrolara con las comunidades, de lo contrario, las tuberías terminarán desbordándose por doquier y el caos será peor, en especial, para las primeras etapas.
Largas colas
Con las reparaciones que llevó a cabo la hidrológica, fue imposible el funcionamiento de los dos canales de circulación, en el sentido que conduce a Pate e’ Palo, debido a la presencia de las maquinarias y el caudal.
La medida generó mucha molestia entre los conductores.
Largas colas de vehículos llegaban hasta el Polígono de Tiro; durante las horas “pico” había amargura y sólo se dejaban oír insultos de un lado a otro. Todos tenían prisa por llegar a los sitios de trabajo y estudios. La comunidad El Jebe, estuvo colapsada a lo largo del día debido a que fue utilizada como vía de escape.
Fotos: Daniel Arrieta