María Hortensia se fue a preparar el mejor reportaje

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-Aló, ¿quién es?

-Soy yo, hablé con Juan Páez Ávila, como él es de Carora, hizo contacto con el director de El Larense en Barquisimeto, Víctor Barranco. Mañana voy a la Corresponsalía de EL IMPULSO en Caracas, para hablar con el jefe, Juan Bautista Salas, porque nos va a conseguir una reunión con el director de ese periódico, Gustavo Carmona. Prepara las maletas que pasado mañana, nos vamos a Barquisimeto.

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-Pero, Ángela, es que yo no me quiero ir de Caracas.

-¡Ah no!, mira que nuestro profesor Juan Páez Ávila nos dijo que hacen falta periodistas de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, regados por todo el país. 

Así comenzó un largo viaje de Caracas a Barquisimeto. No conocíamos el trayecto más allá de Valencia. Preguntando, preguntando, llegamos a la capital del estado Lara.

Nos encantaron los cañaverales a lo largo de Yaracuy, los naranjales en Nirgua, las cachapas a la orilla de la carretera. Llegó un momento que nos olvidamos que veníamos a entrevistas de trabajo, y nos comportábamos como turistas, que estaban descubriendo su propio país, y que opinaban que “más allá de El Poliedro, todo era monte y culebra”.

Al llegar a Barquisimeto, estacionamos el vehículo, contratamos los servicios de un taxi, primero nos entrevistamos con el director de El Larense y en horas de la tarde, con el director del diario EL IMPULSO.

Ese mismo día, regresamos a Caracas, y a lo largo de la carretera decidimos, después de muchas reflexiones, aceptar la propuesta de EL IMPULSO, e iniciar una aventura humana y profesional, en Barquisimeto, que comenzó exactamente el 1 de agosto de 1981.

No faltaron lágrimas cuando dejamos Caracas, en parte nos alejábamos físicamente de nuestros afectos, de la casa, de la UCV, de los amigos, pero al mismo tiempo sentíamos un compromiso, una responsabilidad con un pedazo de Venezuela que nos recibía, con una Barquisimeto que descubrir, con una profesión que asumir, con un bagaje ético y moral a prueba de todo, y que a lo largo de 32 años, María lo ejecutó. No fueron palabras, sino hechos.

Toda su vida profesional la desarrolló en el diario EL IMPULSO. Ninguna fuente fue extraña para ella, pero hubo una en particular que la apasionó muchísimo, la relacionada con las ciencias médicas y la salud, la cual incluso le hizo ganar muchos premios regionales y nacionales, por la rigurosidad de la investigación y la dedicación en la narrativa.

La actividad gremial en el Colegio Nacional de Periodistas, seccional Lara, fue otro campo de batalla. Trabajó por la defensa de la agremiación, de la ética, de la libertad de expresión, del compromiso moral con la noticia, la solidaridad humana, la preocupación por los más necesitados.

La constante formación fue siempre su norte, especializaciones, postgrados, diplomados, cursos, talleres, charlas, conferencias. No había una actividad relacionada con la profesión que ella no abordara o no se interesara. 

Ayer, nuestra aventura hacia Barquisimeto, sufrió una interrupción, los infortunios del destino colocaron una alcabala que entorpeció el recorrido. Pero estoy segura, amiga mía, que tenemos muchas otras aventuras que emprender, y como siempre, te llamaré para que prepares las maletas, y tú quieras o no, las tendrás listas.

Los restos de María Hortensia Zapata, serán velados hoy domingo 20 de enero, a partir de las 10 de la mañana, en la Funeraria Metropolitana, de Barquisimeto. 

Paz a tus restos.

Fotos: Centro Interno de Documentación del diario EL IMPULSO

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