Arquidiocesana 20-01-2013

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“Vino Nuevo”
Después de una perspectiva profana, el vino simboliza todo lo bueno y agradable de la vida, tanto la amistad: “no abandones al viejo amigo, porque el nuevo no valdrá lo que él; vino nuevo es el amigo nuevo, cuando envejezcas le deberás complacer” (Eclesiástico, 9, 10); o como el amor humano: “Qué delicioso tu amor, más que el vino” (Cantar 4, 10); o en general el disfrute de la vida terrena: “Para el disfrute se hacen los banquetes y el vino alegra la vida” (Eclesiastés 10, 19).

El vino puede también evocar el exceso o la embriaguez: “Una copa de oro, era Babilonia… toda la tierra se emborrachaba; de su vino bebieron las naciones, y por eso deliberaban. De repente ha caído Babilonia y se ha hecho pedazos” (Jeremías 51, 7-8).

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Pero también de la misma forma, el vino puede expresar la dicha del sabio: “La sabiduría ha edificado su casa, labró sus siete columnas… preparó su vino, e igualmente aderezó su mesa” (Proverbios 9,1-2).
Desde una visión religiosa el vino trae una evocación escatológica. En efecto la felicidad ofrecida por Dios, a sus fieles, se manifiesta en abundancia de vino. “Y reconstruirán las ciudades destruidas y las habitarán y plantarán viñas y beberán su vino… Dice Yahvé, tu Dios” (Amos 9, 14-15)
En el Nuevo Testamento, “el vino nuevo”, es el símbolo de los tiempos salvadores del Mesías.

Jesús mismo afirma que la nueva alianza, realizada en su Persona, es un vino nuevo, que destruye los viejos odres: “Ni echa nadie vino nuevo, en odres viejos, pues el vino rompería los odres y se perdería vino y odres; sino que el vino nuevo, se echa en odres nuevos” (Marcos 2,22)

El milagro de las bodas de Caná dice en relación a ese buen vino, símbolo del amor salvador de Cristo; expresión de gozo de la presencia del Mesías: “Y yo les digo que ya no beberé más de este fruto de la vid, hasta el día en que lo beba, nuevo, con ustedes, en el Reino de mi Padre” (Mateo 26, 29)

Este texto se refiere al vino como imagen del banquete escatológico en el Reino al consumarse los tiempos mesiánicos, en el gozo de estar con Dios, como salvación. 

Pero como alimento de la fe, el cristiano beberá del vino convertido en la sangre de su Señor, antes de beber el vino nuevo, en el Reino Celestial (1 Corintios 10,6).

En fin recordemos siempre, que es el mismo Jesús quien refiriéndose a la nueva alianza, afirma que el vino nuevo se debe echar en odres nuevos (Marcos 2, 22). Debemos tener un corazón nuevo.

Por eso, nuestro Señor Jesucristo será siempre para todos los tiempos y para todos los seres humanos, vino nuevo en la Fe como Camino, Verdad y Vida.

Mons. Antonio José López Castillo
Arzobispo de Barquisimeto

Al encuentro en la Reconciliación y el Perdón

Esta hermosa manifestación de fe que vivimos cada 14 de enero al venerar a la Madre de Dios en la advocación de La Divina Pastora, debe llamarnos a todos los fieles y devotos de la Virgen, a que hagamos un profundo acto personal de perdón y reconciliación. Es esta Visita 157 de la Divina Pastora a la Ciudad de Barquisimeto, en el “Año de la Fe”, una oportunidad privilegiada para perdonar esas faltas, errores, y discordias que se hacen presentes en nuestras familias y lugares de convivencia. Es un día en el que todos estamos llamados a abrazarnos, a decirnos cuánto nos queremos y empezar una nueva vida en la que la paz, el diálogo y el amor habite en cada familia.

Mons. ANTONIO JOSÉ LÓPEZ CASTILLO
POR LA GRACIA DE DIOS Y LA SANTA SEDE APOSTÓLICA
ARZOBISPO DE BARQUISIMETO
CONSIDERANDO
Que el 7 de marzo de 1863, su Santidad Pío IX, por la Bula “Ad Universam Agri Domini Curam” Creó la Diócesis de Barquisimeto y se fija como Catedral la Iglesia Parroquial de San Francisco y se declara patrona Principal a Nuestra Señora del Carmen y titular de la Iglesia Catedral.

CONSIDERANDO
Que en el año 2013, se cumplirán ciento cincuenta años de este providencial acontecimiento.

CONSIDERANDO
Que esta Iglesia Arquidiocesana adhiriéndose a la convocatoria del año de la fe, proclamada por su Santidad Benedicto XVI, a quien nos une una filial devoción, quiere celebrar con gozo y esperanza tan magno acontecimiento eclesial, manifestando su catolicidad.

CONSIDERANDO
Que con tal motivo, es importante declarar un año jubilar Arquidiocesano, para que podamos “recordar con gratitud el pasado, a vivir con pasión el presente y a abrirnos con confianza al futuro” (NMI, 1)

POR LAS PRESENTES LETRAS
1- DECRETO un Año Jubilar Arquidiocesano, que se iniciará el 07 de marzo del 2013, con la adoración al Santísimo Sacramento, como manifestación de adhesión a Cristo, en todas las Parroquias, Vicarías Pastorales y Congregaciones Religiosas, y culminará, el día viernes 7 de marzo del 2014, con la realización del Viacrucis Arquidiocesano e inicio de la cuaresma.
2- Que se pueda recibir la Indulgencia Plenaria para todos los que cumplan las disposiciones descritas en el Subsidio del Año de la fe.
3- Hacer entrega del presente Decreto al Clero Arquidiocesano, a las Comunidades Religiosas, Asociaciones de Fieles, a todos los Movimientos de Apostolado Seglar y Áreas de Pastoral.
4- Celebrar a lo largo del Año y en fechas previstas en el Calendario Arquidiocesano 2013 y 2014, diferentes Eucaristías Jubilares para Clero, Religiosas, Religiosos, Diáconos, enfermos, ancianos y minusválidos, y los distintos Movimientos y agrupaciones de Apostolado Seglar y Áreas de Pastoral.

5- INVITO: Que en comunión con toda la Iglesia Arquidiocesana, presidida por el Arzobispo la celebración de los 150 años, de la erección canónica de esta jurisdicción eclesiástica como Diócesis, sea objeto de reflexión para fortalecer el espíritu de comunión y que se tenga como marco de referencia la puesta en marcha del Proyecto de Renovación Pastoral en cada Zona Pastoral.
6- LLAMO: A la Iglesia Arquidiocesana a vivir este año jubilar como tiempo de gracia y oración, sabiendo que tenemos por delante la apasionante tarea de hacer renacer el celo evangelizador. Para este Jubileo, he nombrado una Comisión Arquidiocesana que nos irá iluminando y ayudando a celebrar en clima de gratitud, fiesta y compromiso este aniversario, en el horizonte exigente y comprometido de la Pastoral Ordinaria y Misión Permanente.
7- CONVOCO: A todas las Parroquias, Vicarías y Comunidades Religiosas, Asociaciones y Movimientos presentes en la Arquidiócesis, a la Celebración Eucarística que presidiré con motivo de la apertura Arquidiocesana del año Jubilar, y en la cual uniré la ordenación de Presbíteros, el 09 de Marzo del año 2013, a las 9 am, en la Santa Iglesia Catedral. Ese día no se celebrarán Misas, ni ninguna actividad pastoral, en las respectivas comunidades Parroquiales y Vicarías, hasta las 5pm.
8- Dar solemne lectura a este Decreto Episcopal el 14 de enero, Solemnidad de la Divina Pastora, tanto en Iglesia Santa Rosa, como en la Santa Iglesia Catedral y el domingo siguiente en todas las Parroquias y Vicarías.
9- Cópiese el siguiente decreto en el respectivo libro de Gobierno, de la Arquidiócesis, Parroquias y Vicarías Pastorales.
Dado, Firmado y Sellado en la Sede de la Curia Arquidiocesana, en la Ciudad de Barquisimeto, en el año del Señor 2012 el día 08 de diciembre solemnidad de la Inmaculada Concepción.
+Mons. ANTONIO JOSÉ LÓPEZ CASTILLO
ARZOBISPO DE BARQUISIMETO
Por mandato de S.E.R
Pbro. Eduardo José Angulo Canciller

Evangelio

San Juan (2,1-11): En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No les queda vino.» Jesús le contestó: «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.» Su madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él diga.» Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.

Jesús les dijo: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba.

Entonces les mandó: «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.» 

Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.»

Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él. Palabra de Dios. Gloria a ti, Señor Jesús.

Salmo 95
Contad las maravillas del Señor a todas las naciones
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre.

Proclamad día tras día su victoria,
contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente.»

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