#Opinión: Las débiles fortalezas del «monetarismo revolucionario» Por: Antonio Jose Rivera Chavez

El camino escogido por esta revolución no parece seguir sendas con la fuerza necesaria para llevarla hacia adelante en la ruta del “socialismo científico”, el cual por lo expresado teóricamente parece ser el modelo buscado a través de este tiempo aun cuando en la práctica no haya nada concreto al respecto.
La primera gran contradicción resulta de las llamadas Misiones, las cuales están en funcionamiento y han progresado gracias a los ingresos petroleros generados en cierta forma y seguridad por la demanda desde el Imperio norteamericano.
El otro rubro de ingresos fiscales deriva de los impuestos, tasas y otros aplicados a los venezolanos, cosa que está a su vez en relación directa con el ingreso de la población. Es decir todo nos indica una dependencia de la venta petrolera. Los dólares solo fluyen desde allí en forma constante para garantizar además las importaciones que mantienen no solo con productos acabados el consumo general  sino que también las materias primas para la elaboración de bienes para la marcha de nuestras fabricas.
Gran y esencial debilidad para una economía necesitada de productos para un pueblo sin soluciones. Si bien esto ocurre por un lado vital cuantificable no es menos cierto que otra falla primaria en los engranajes de esta revolución no es otra que su escasa ideología en una realidad cuando se trata de calificar la conducta de estos “lideres” devenidos por lo general en su mayoría del golpe militar. El socialismo en su calificación más simple sería el gobierno de los trabajadores y no de los militares; hoy día eje de este  proceso cuyas ideas están muy distantes del socialismo científico de Marx y Engels.
Así mismo hemos visto como ciertos “artistas” brincan de una tarima a otra se declaran afectos al líder único y obtienen protección para sus  negocios a la vez que se convierten en “guías” revolucionarios. También modelos, artistas, misses, etc., pasar de la pasarela mercantilista a la humilde vida de un revolucionario o revolucionaria para la calificación  de dirigentes en un proceso “científico”. O será, que el  profesor hoy difunto de Domingo Alberto Rangel, ajeno al sistema y el capitalismo, tuvo toda la razón cuando afirmo que ”la ideología del chavismo era la pillería”.
Todo cuanto acontece parece corroborar esta frase no solo  en lo económico sino en lo espiritual cuando además oímos a cada momento una convocatoria al rezo, a la magia del más allá para lograr la captación de los más alienados por las religiones  para la tal revolución  del siglo XXI. Esto es convertir el opio del pueblo en la droga de la esperanza sin futuro  de un mundo inmanejable por la racionalidad y la Planificación como parte de un “juego” donde todo lo malo lo hacen los enemigos de clase: burgueses, políticos, imperialistas, economistas, etc.
En estas dos debilidades fundamentales va el barco a la deriva mientras el timonel (¿cuál timonel?) promete revolución como el mejor cuento de cuartel.