La controversia presentada en torno a la interpretación de la Constitución nacional, ante la permanencia del presidente Hugo Chávez en Cuba donde se recupera de una intervención quirúrgica, llama a la reflexión sobre la necesidad de las leyes como instrumentos que permiten que en una sociedad los poderosos no acaben con los “débiles”.
Así lo considera Ángel Oropeza, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello y dirigente nacional del Comando Venezuela, para quien el objetivo fundamental de las leyes es permitir la convivencia entre las personas que piensan distinto y tienen diferentes niveles de fuerza, por lo cual advierte que cuando se relativiza y simplifica el sentido de las leyes se abren las puertas a la arbitrariedad del sector más fuerte. “Vemos un uso de los poderosos para relativizar la ley en perjuicio de los débiles, como el hecho de decir que la juramentación de Presidente de la República es un formalismo”, dijo.
El catedrático comparte la tesis de que ante la continuidad del actual Ejecutivo nacional, cuya vigencia culminó el pasado 10 de enero, se fomenta una gran inseguridad e incertidumbre sobre el estado del país, la cual no puede extenderse por mucho tiempo debido a que choca con la función principal de un gobierno que es darle estabilidad a la gente.
El también psicólogo social plantea que una situación de inseguridad provoca la parálisis del país sin producir, trabajar o avanzar, y fomenta la no solución de problemas tan graves como la inseguridad desbordada, el desabastecimiento y el alto costo de la vida.
Nada es eterno
El hecho de que instituciones como la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia y hasta la Fuerza Armada Nacional apoyen la continuidad del actual gobierno no es una situación nueva para Oropeza, quien recuerda que en el pasado los venezolanos se han enfrentado a poderosos que cuentan con todos los mecanismos, una razón de que no debe sembrar el desanimo entre los opositores.
En cuanto a la consideración de que la mayoría del país acepta esta situación, si se toman en cuenta los resultados electorales del 7 de octubre y el 16 de diciembre pasados, el especialista expone que en primer lugar esos votantes están siendo burlados por la actitud del gobierno nacional, y luego este apoyo no puede traducirse en una situación eterna en la política nacional.
“Eso de decir que tener la mayoría del pueblo a favor en una elección puede ser una situación eternizada en el tiempo nos llevaría al absurdo de plantear que el presidente de Venezuela en estos momentos puede ser Carlos Andrés Pérez, porque los venezolanos votaron por él en alguna oportunidad, así como por Jaime Lusinchi. Estas expresiones de voluntad popular tienen un principio y un fin, para que se gobierne desde una fecha hasta otra y no para siempre”.
Mantener la lucha pacífica
Por todas las razones antes expuestas, Oropeza considera que los sectores de oposición deben mantener la protesta encendida, pero no con acciones que lleven a la violencia o “a pisar el peine”, ya que esto es lo que el Gobierno quisiera, a su juicio, para justificar cualquiera acción de represión.
“Me refiero a mantener las asambleas populares y los foros ciudadanos para que la gente entienda lo que sucede y cómo esto le perjudica en su vida diaria, es decir, que el tema no pase debajo de la mesa ni se olvide tan fácilmente, que se mantenga vigente entre los venezolanos todos los días, de cara al futuro”.
Foto: Ricardo Marapacuto
