#Opinión: Recuerdos de Petrica Rivero Por: José Indave Meléndez

Conocimos a Petrica Rivero en los años de la década de 1980. En sus ojos se leían la bondad, el temple de mujer y el exacto sentido de la amistad.
Hablamos de una época  estelar durante la cual nuestro cordial amigo Luis Enrique León presidió la liga con lujo de aciertos, llegando incluso a fundar un periódico denominado “Fongueando” como vocero de la institución. Al grupo de representantes se unieron, entre otros, Otto Javit Nader, Odoardo Martínez, Miguel Mirabal y Elbano Valles, cada uno con sus respectivas esposas.
La conocimos siendo ella delegada de los equipos de béisbol del Banco Industrial de Venezuela, en la cual era empleada. En materia de “monitorear” a jugadores era astuta tanto como en el manejo de números en el BIV. Lo decimos porque reunía a los mejores en todas las categorías y fue así como al  final de cada campeonato de la liga “Ministerio del Transporte  y Comunicaciones” (MTC) sus equipos estaban en el podio. Esta situación la convertía automáticamente en delegada  a los eventos nacionales federados. En suma, el BIV copó una época en el béisbol regional y la institución bancaria  capitalizó así imagen positiva como apoyo al deporte.
En medio de su astucia, Petrica incorporó al béisbol a sus hijos Carlos, David y Niezer, cada uno con habilidades para el juego y disciplina de atletas. Como madre les habló sobre los retos de la vida,  cómo abordarlos y ser exitosos en la vida.  Y así ha ocurrido felizmente.
La muerte de nuestra amiga Petrica Rivero, toda una institución en el béisbol,  nos entristece. La asumimos como un ciclo natural de la vida que en esta oportunidad elige a una gran dama que por sus nobles actos encontró  respeto  en su ámbito y otorgó prestancia a la mujer larense.