Dictamen
El Gobierno usa algunas palabras como bandera hasta el extremo de prostituirlas y desvirtuarlas. Así paso con el vocablo “pueblo” hoy reducido a sinónimo de militante disciplinado del PSUV. Para ellos el 45% de la población que votó por Capriles no es parte del pueblo, así como tampoco acataron la orden soberana del pueblo que rechazó la reforma socialista en 2007. Igual sucede con la palabra “patria” tan utilizada por los revolucionarios, pero a la vez tan violada por ellos mismos.
Según su filosofía fascista, un extranjero que le haga reverencia a Chávez es un compatriota, mientras que un venezolano que los critique es un traidor a la patria, lo que sin duda refleja una distorsión del concepto nacionalista. Igualmente un país que tenga a un presidente aliado de Chávez es considerado parte de “la patria grande” y por tanto merecedor de los beneficios de nuestro petróleo, mientras que una región de Venezuela que tenga un gobernador opositor es excluido y condenado. Así es el concepto de patria de estos apátridas que sustituyen el criterio de la nacionalidad por el de la ideología.
Pero ahora llegaron a un extremo impensable que merece todo el repudio de quien se sienta venezolano de verdad. Convirtieron a Venezuela en una colonia cubana, hasta el punto que la sede del poder público de nuestro país hoy reside sin ningún complejo en La Habana. En Cuba no solo se encuentra Chávez en una situación casi de rehén por voluntad o autosecuestro, sino que también es el lugar donde van los mandatarios de otros países a enterarse de boca de Raúl Castro la situación de Venezuela. Incluso nuestro Vicepresidente, ministros y el presidente de la Asamblea Nacional, desfilan por La Habana para recibir instrucciones, no de Chávez quien está convaleciente, sino de los hermanos Castro.
Entonces, ¿de cuál patria hablan estos revolucionarios? Un presidente que no quiso tratarse su enfermedad en su propio país, que prefirió pasar más de la mitad del tiempo de “permiso” en Cuba y que hoy agoniza lejos de su pueblo, no puede llamarse patriota. Como tampoco es patriota un modelo económico dependiente de las importaciones y adicto a las divisas extranjeras, lo que genera escasez, inflación y desempleo. El Gobierno prefiere comprarles la carne a los terratenientes capitalistas de Brasil, Uruguay y Argentina, antes que darles seguridad jurídica y personal a los ganaderos venezolanos para que produzcan en Venezuela la carne que consumimos. Y así cualquier caso de mezquindad política como por ejemplo el acoso a empresas como Polar que lo único que han hecho en décadas es generar empleo y producir en el país para beneficio de los consumidores.
Si en el pasado éramos dependientes de los gringos, hoy somos más de los chinos, rusos e iraníes. Además del tutelaje político inocultable que ejerce la dictadura cubano en Venezuela. Ya habíamos escuchado de boca de Chávez y Raúl que Cuba y Venezuela eran “la misma cosa” y representaban una misma patria, la patria grande. Pero ahora en ausencia de Chávez se ha develado en todo su esplendor esta traición a la patria, quedando ya de forma directa y pública en manos de los cubanos. Nicolás Maduro no se encargó de la presidencia formalmente porque en la práctica ese cargo lo ejerce Raúl Castro. Fue a Raúl a quien dejó Chávez encargado del país, hasta el punto que fue evidente como sacaron del juego desde Cuba a Diosdado Cabello, quién ahora ya se subordinó finalmente a los hermanos Castro.
El “chavismo sin Chávez” significa la cubanización de Venezuela y la perdida absoluta de soberanía. El pueblo no votó por eso, votó por Chávez, y si este no puede ejercer el poder entonces se tendría que dar un nuevo presidente en elecciones. Cuando llegue ese momento tendremos que rescatar el concepto de “patria” e independizarnos de Cuba para que el dinero de nuestro petróleo se quede en el país y podamos juntos salir adelante con producción nacional. La patria no es Cuba; rescatémosla.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
Twitter: @chatoguedez
