Hubo una reunión en la Habana la semana pasada, de cinco venezolanos que desempeñan en forma legal, o ilegal, altísimos cargos en el Gobierno actualmente, con los hermanitos Castro, Fidel y Raúl. Puede ser que el origen y fin de esa reunión tenga dos posibles razones:
1. Raúl Castro los convoca a la Habana para tratar sobre lo que debe hacerse en Venezuela en las actuales circunstancias, para que lo que se haga no perturbe los beneficios económicos y políticos que actualmente disfruta Cuba, y el grupo va mansito a su llamada. Y la segunda alternativa:
2. El grupo solicitó la reunión a Raúl para que los aconsejara qué hacer en las posibles situaciones críticas que se vive o que pueden suceder en Venezuela. En cualquiera de las dos alternativas, u otras parecidas, los participantes venezolanos deben informar al pueblo venezolano públicamente lo tratado y los acuerdos a que se llegó, ya sea en la Asamblea Nacional, o preferiblemente en un remitido por la prensa nacional, indicando el fin y propósitos de la reunión y de los acuerdos a los que se llegó, y así poder definir en qué nos involucran, y si en esa reunión no hubo traición a la patria.
La nación pide información.