Reflexiones en positivo
Sobrecargado de optimismo, fe y voluntad, revoloteándome los proyectos en la mente como todas las personas que desean ser parte de la solución en su país, producir más de lo que se consume, sin preguntar quién va a ser el beneficiario de lo que su creatividad fue capaz de realizar, y sólo pensar en una patria sana, segura y admirada; que nos sintamos felices y seguros, todos marchando y bailando el mismo ritmo, que no sea otro que el amor y el anhelo de ver este país enrumbado y unido por el camino del éxito, alejado de la inseguridad, la corrupción la especulación y la falta de respeto, ya que los que suplicamos la paz, andamos atemorizados por no decir entre rejas y a la otra parte se les nota el odio, les brota hasta por encima del vestido, así como pensando que son unos perdonavidas.
Debemos e invito a todas esas personas, también hijos de Dios, a que depongan de esas actitudes de odiar y fomentar el odio, por el bien de todos y el futuro de sus propios descendientes y así con ese pequeño esfuerzo sería la mayor contribución y apoyo o los tantos que no hemos perdido la fe y el optimismo, Le toca a los altos dirigentes del país dar un paso delante de buen ejemplo y hacer honor que no puede haber una misión sin el control de otra misión; un ruego porque volvamos a tener paz, no siga la desintegración familiar, que sólo genera violencia, que Dios los ilumine, para que sus decisiones sean las correctas y en beneficio de todos.
Este nuevo año presenta una cantidad de disyuntivas, que todos los venezolanos deseamos que se desenvuelvan en forma positiva y que permitan el mayor bienestar general. Siempre ha sido mi deseo que cada vez que comienza un nuevo año todos los venezolanos podamos sentirnos orgullosos de serlo y que con ese deseo de trabajar para ganarnos la felicidad, podamos realizarlo sin ningún tipo de contratiempos y que de esta manera podamos afirmar que tenemos autoridades de gobierno progresistas, dentro del concepto de ese sistema perfectible llamado democracia.
Tengo que entender como venezolano común y corriente que leo lo normal y entiendo lo normal que la Constitución que actualmente me rige no es interpretada por muchos de igual forma y que parece algo así, de donde se dice si se tiene que interpretar por no y al ejemplo me remito: en una oportunidad no muy lejana el Presidente electo del Brasil un día antes de su toma de posesión falleció en una operación quirúrgica y en la Constitución de ese país estaba claro, bien escrito y entendido por todos los ciudadanos sin ningún tipo de distinción, que la primera magistratura la recibía y se juramentaba como tal el vicepresidente y no hubo ningún tipo de leguleyismo político, ni jurídico y mucho menos semántico y es allí en donde en mis reflexiones me pregunto ¿cuál hubiese sido la interpretación de nuestra Constitución actual por parte de tirios y troyanos en caso de quien hubiese sido elegido Presidente no fuese nuestro actual Presidente y se hubiese presentado esta situación de emergencia médica para mi desconocida?
Como no soy abogado mi interpretación más llana no es otra que sin leguleyismo y sin perder el tiempo, puesto que ya fue suficientemente tiempo perdido en discusiones políticas, de redacciones jurídicas y jurídicas cuando se llevó esos artículos en la Asamblea Constituyente previeron hechos de tal naturaleza.
Hoy en lo personal no sé qué es mi Constitución. Comienza el año con la preocupación y la incertidumbre de gobernantes provisionales que si bien es cierto deben tener las mejores intenciones para que mi país salga adelante, no es menos cierto como refrán viejo tengo que pensar aquello de que en rio revuelto ganancias de pescadores y no dejo de verlos en tan pocos días transcurridos, he salido muy poco de mi jurisdicción Centrooccidental, pero me siento como en un teatro de guerra, en donde más que seguridad se transmite inseguridad y desconfianza y cuánto quisiera que la interpretación de la palabra seguridad sea para bien, que el inversionista se sienta a corto, mediano y largo plazos seguro de que está haciendo un buen trabajo; que el comerciante común y corriente se sienta seguro que está dando un servicio con su trabajo para satisfacer necesidades sociales sin especulación; que el transportista se sienta seguro que desplazarse por las carreteras del país no representa peligro para su persona y sus bienes; y por ultimo dentro de tantas seguridades que los gobernantes y sus operadores entiendan que el sistema jurídico que posee el país no puede tener libre interpretación es decir, “a la forma subjetiva de cada quien de tal manera de llegar aquel axioma jurídico que reza: a toda persona le está permitido hacer lo que la ley no prohíbe expresamente”, y eso permite que se materialice lo que deseo en estas reflexiones: la paz para este año bajo el pensamiento muchas veces repetido pero siempre actualizado de Benito Juárez. “El respeto al derecho ajeno es la paz”.
Todos unidos por la producción nacional.
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