Gastronómicamente el hombre es omnívoroya, que se alimenta de plantas y de animales, pero el gusto, elección y preparación de sus alimentos, pudiera inducirnos a considerarlo como un ser extravagante.
En China por ejemplo, en escritos de la dinastía Zhouaparecía, la recomendación de ingerir alimentos de tres bestias: perro, cerdo y cabra, sobre todo la de perro, ya que era muy agradable al paladar además de que constituía una fuente fácil para obtener proteínas.
En la cocina mexicana, filipina, coreana, suiza, ártica, africana también el perro ha sido una alternativa. Otra especie, el gato, ha sido utilizado en España por ejemplo para la fermentación de vinos, lo que dio origen a la expresión: “Vino con gato”, así como la que señala: “Dar gato por liebre”, por aquello del pelaje del gato la liebre y el conejo.
Ratas, serpientes, insectos, sapos y hasta el peligroso pez globo son muy codiciados. Pero refiriéndome específicamente a la cocción de la langosta, en su libro: Mi Cocina, Armando Scannone apunta varias maneras de prepararla: A la americana, asada, con hongos y crema, en ensalada, en vinagreta, en salsa española. El hecho significativo es que en la mayoría de estas recetas debe ser sumergida viva en agua hirviente para su posterior procesamiento. Los especialistas en el “arte culinario” explican que debe ser de esa manera para que se cocine en sus propios jugos. Esta de por sí constituye una manera muy traumática y dolorosa de morir. Pero sumergirlas en agua dulce, si su hábitat es marino, es peor aún, ya que la inflamación de sus órganos es masiva y su muerte es muy rápida. En este medio se contorsiona, vomita, no pudiendo evitar que el agua dulce se introduzca por sus branquias.
Si el ejemplo de la langosta (panulirus interruptus) lo aplicamos a la realidad venezolana, tendríamos que decir que nos están cocinando en nuestro propio sumo. Ello lo evidenciamos cuando observamos y sentimos la manera como la industria nacional es destruida, el pequeño y mediano productor cada día se empobrece, los centros de salud colapsan en sus servicios fundamentales por falta de material quirúrgico, la ama de casa tiene que hacer magia ya que no encuentra los ingredientes de la cesta básica para preparar el pan nuestro de cada día, la cantidad de jóvenes que a diario mueren a manos del hampa es cada vez mayor. Mientras nadamos en ese caldo de deficiencias, del jefe mayor no sabemos nada cierto, todo permanece envuelto en un recetario secreto que ni tan siquiera algunos de sus ayudantes y allegados tienen acceso. Lo cierto es que como si fuese un adivino, antes de marcharse el ciudadano Presidente públicamente recurriendo al texto constitucional habló de una circunstancia sobrevenida que en efecto llegó; sin más ni más, propuso un candidato para unas tentativas elecciones que no han ocurrido, el candidato Vicepresidente hasta el 10 de enero de 2013, ahora es Presidente, alegándose una continuidad administrativa, consideración ésta, írrita de por sí, en tanto que quien constitucionalmente debía serlo (Art. 231 de la Constitución) fue relegado. ¿Será que nos están dando gato por liebre? Pero como estamos en la cocina de lo posible, la ciudadana presidente del TSJ ha creado una nueva dimensión en la cual distancia y tiempo son iguales e indeterminables, lo cual rompe con los conceptos de la física que hasta ahora se manejaban; nuestra Constitución establece el día (tiempo) y un lugar (espacio) en el cual el Presidente elegido debe juramentarse; pero más allá de Dios, Einstein y Newton, el Presidente elegido y no juramentado es dueño y decide el tiempo y el espacio cuando deberá cumplir el acto solemne y formal, escrutinios éstos que sus interlocutores, así como Moises recibió las tablas de Dios, han descifradolo que el Presidente Chávez piensa.
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