Brasil quiere que Venezuela resuelva su intrincada situación política sin sobresaltos y apegada a los mecanismos legales, dijo el jueves el canciller brasileño Antonio Patriota, mientras el presidente Hugo Chávez sigue hospitalizado en Cuba tras una operación de cáncer y la oposición exige saber si volverá o no al poder.
Chávez lleva más de un mes en un complicado postoperatorio y no ha sido visto ni oído en público. El Gobierno informa que está consciente y recuperándose, pero su ausencia genera cada días más dudas sobre el futuro político de la potencia petrolera.
«Confiamos que la situación, sea cual sea su desenlace, evolucione de acuerdo a la institucionalidad con el mínimo de sobresaltos para que la sociedad venezolana pueda reorganizarse en mínimo plazo», dijo el canciller consultado por periodistas durante una conferencia de prensa en Sao Paulo.
Al anunciar en diciembre que debía ser operado por cuarta ocasión, el militar retirado designó al vicepresidente Nicolás Maduro como su heredero político y pidió al pueblo votar por él si no puede regresar y se deben llamar a elecciones anticipadas.
Chávez no pudo juramentarse el 10 de enero para iniciar el mandato que ganó en las elecciones de octubre.
Pero la máxima corte del país resolvió la semana pasada que, aunque el presidente no haya asumido aún para el período 2013-2019, el vicepresidente y los ministros -que son quienes están al frente del gobierno durante la ausencia del líder socialista- siguen en funciones.
Brasil, la mayor economía de América Latina con importante peso geopolítico en la región, sigue de cerca la situación en Venezuela.
El lunes funcionarios brasileños dijeron a Reuters que el gobierno de Dilma Rousseff instó a Caracas realizar elecciones «lo antes posible» en caso de que muera Chávez, con el fin de garantizar una transición ordenada.
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