Ventana abierta
Para recordar: “Y él respondió: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarán.” (Lucas 19:40).
Nuestro título obedece a una interesante conversación familiar, sobre el tema anterior publicado en este prestigioso diario EL IMPULSO, 09/01/13, p.A2, titulado “Oraciones Especiales”. Allí le pedimos a cualquier funcionario del gobierno que le llevara unas indicaciones al presidente para que las oraciones, plegarias, elevadas en su favor fueran oídas y respondidas.
Cuando decimos “Las piedras hablarán”, significa lo mismo: Las piedras clamarán o gritarán. Por ello, tomamos de la Nueva Versión (bíblica) Internacional, cuando el Maestro dijo: “Les aseguro que si ellos se callan, las piedras gritarán” (Lucas 19:40).
Es interesante cómo Jesucristo tomó ese mineral, las piedras, como prototipo para darnos a entender que algo tan duro puede hablar. Efectivamente, es algo figurado pero efectivo. Eso nos hace recordar aquella publicidad cuyo eslogan escuchamos: “Belleza con resistencia de piedra”. Sí, la piedra es dura y no será la más dura en la naturaleza pero es un buen símil para decirnos, que los entes más “duros” para el evangelio, terminarán hablando de Dios.
No creamos que hoy, es tan fácil hablar de Jesús de Nazaret; de Cristo, porque el mundo en general, anda detrás de otras cosas o está colocando su confianza en otros dioses, ídolos, o sistemas materialistas. Pero, a nosotros (todos) nos correspondería hablar de Jesús, su obra en la tierra, su actividad (actual) en el cielo, su Segundo regreso y si no lo hacemos, los que por alguna razón estamos en contacto con su Palabra o Escritura, entonces otros lo harán.
David, inspirado por Dios, se refirió a Jesús y dijo: “La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser la piedra angular.” (Salmos 118:22); luego en el propio Jesús se cumplió dicha profecía y Él repitió las palabras de David, más agregó: “Por tanto, os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que rinda su fruto” (Mateo 21:42,43). Es decir, como los Judíos no predicaron lo estamos haciendo nosotros (que según la Biblia se conoce como gentiles; nombre no despectivo, que viene a ser el nuevo creyente en Cristo o el peso recae sobre los cristianos).
Por ello, cuando la semana pasada le enviamos un mensaje al presidente Chávez, por medio de sus ministros o familiares y como “tal vez” no se lo pudieron llevar, o porque no tenemos posibilidad de hablar directamente con el presidente, por obra de Dios, esa misma semana recibió la visita de varios dignatarios, entre ellos, la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, y ¿sabe usted que le llevó de regalo? Una Biblia.
Según noticias.latam.msn.com, la presidenta Cristina mencionó lo siguiente: “Anoche (jueves 10 de enero) tuvimos una reunión con la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas… previo a embarcar hacia La Habana – y agregó- que fueron muy cálidos. Oraron. Me encantó. Me regalaron… una Biblia que se la llevo a mi amigo Hugo Chávez”.
Verdaderamente, la enfermedad del presidente Chávez, ha hecho que numerosísimas personas estén (nos incluimos) orando en su favor. Pero, todos tenemos que aprender valiosísimas lecciones: 1) Hay un mensaje que dar. 2) Debemos predicar lo escrito en el Sagrado Libro y tal vez por ello, los hermanos evangélicos le hicieron llegar ese ejemplar de la Biblia, a la mandataria Kirchner y ella se la hizo llegar al presidente Hugo Chávez. 3) Nos corresponde practicar la enseñanza bíblica, especialmente los X Mandamientos, escritos detalladamente en Éxodo 20 y otros libros del Antiguo y Nuevo Testamento.
Por otro lado, hay periódicos; emisoras de radio y televisión; escritores con sus “plumas” (libros); presidentes y presidentas; Iglesias enteras; gente de a pie, hablando del mensaje de Salvación de Cristo Jesús; y algunos representan “las piedras hablando”, que antes tenían temor, o se oponían a que se hablara de ello.
Hay personas, que jamás pensamos que hablarían de Dios o de Jesucristo y lo están haciendo. Nuestras necesidades y pecados se los debemos llevar al único que puede ayudarnos y perdonarnos.
Por todo lo anterior, si no predicamos este mensaje de Salvación, para que los reyes y presidentes, ciudadanos todos de este planeta, nos convirtamos en verdaderos piadosos cristianos; si no lo hacemos nosotros: “Las piedras hablarán”.
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