La Fundación Escuela de Ballet Clásico del estado Lara Luisa Suárez, reconocida por el extraordinario montaje del Cascanueces, arribará a su vigésimo aniversario este 2013 y lo celebrará con un imponente espectáculo musical en el que participarán todas las bailarinas de la institución, además de danzarines invitados.
Esta academia, bajo la dirección de Luisa Suárez, se ha distinguido por la calidad de sus espectáculos, los frutos cosechados a lo largo de dos décadas desde su fundación en 1993, el éxito de sus bailarines y las experiencias cultivadas.
Si bien, el camino resultó cuesta arriba, colmado de sacrificios, hoy día la recompensa supera cualquier suplicio.
La profesora Luisa Suárez, al hacer una retrospectiva de esos veinte años de trabajo, cuenta cómo fue elevar la institución y, en consecuencia, convertirla en una de las mejores del país.
Bailarines en Francia, Londres, Panamá y Los Ángeles, dan cuenta del talento abrigado por la escuela.
Es de mencionar que a la fecha, 230 estudiantes se encuentran bajo la tutela de Suárez y las maestras asistentes Aranza González, Valentina Santander y María Teresa Rodríguez.
-¿Qué significa para usted el ballet?
-El ballet ha sido lo más maravilloso de mi vida. Le agradezco a Dios, a mis padres y a una tía que me llevaba al ballet de Taormina Guevara para formarme. Recuerdo que fui evaluada en Estados Unidos para optar a una beca en la Unión Soviética, pero mi mamá, por miedo, no quiso que me fuera. Estaba muy joven y no luché por mis ideales. Lo cierto es que la vida y el destino me tenían otro designio, el cual era fundar esta escuela, convertirme en docente y preparar a cantidad de bailarines.
-¿Qué significó Taormina Guevara en su vida?
-Sin ella, Lara no hubiese descubierto lo que era el ballet. Taormina en mi vida es el inicio de lo que hoy día representa el ballet para mí. Era una mujer muy exigente y creativa. Ella me quiso mucho y yo a ella. Un recuerdo de esa estrecha amistad es que al conocer su enfermedad, me planteó dejarme la escuela… me dio miedo y no quise, era una gran responsabilidad y yo estaba muy jovencita.
-¿Cuáles son los orígenes de la escuela?
-La vida me llevó a ello. Salir de la nada no fue sencillo. Hubo que luchar mucho ya que cuando se inicia el Sistema Nacional de Escuelas de Danzas no había ni música para ballet ni sedes. La escuela vino a ser un mundo completamente diferente. Ser maestra y tener la responsabilidad de tantas personitas no es fácil. Cuando llega el sistema a Lara para orientarnos terminé de enamorarme del ballet. Eso me impulsó a estudiar la Licenciatura en Danza. Aprendí que existe un programa, que es preciso conocer de anatomía y que en la danza no se improvisa.
Posteriormente, fui seleccionada por el sistema para impartir clases. En ese entonces, no cualquiera podría dar clases. Por ello, la gente tiene que saber dónde inscribe a sus niños, bailar no es cualquier cosa.
-¿Contra quién se compite en la danza?
-Con uno mismo porque cada quien tiene sus propios talentos y destrezas.
-¿Es propia la sede?
-No, hemos rodado mucho, cuando el sistema desaparece y el Gobierno nos quita el subsidio, pasamos de sociedad a Fundación Escuela de Ballet Clásico. Tenía que seguir adelante con todas esas niñas y entonces asumo la dirección de la institución. Comenzamos en la carrera 24 entre 8 y 9, en la casa de doña Patricia. Luego estuvimos en la Casa Sindical, más tarde en el Teatro Juares y finalmente en la Urbanización de Este, donde estamos actualmente. Nunca se paralizó la formación gracias al apoyo de muchísima gente.
-¿Cuántos sacrificios?
-Muchos. Yo dejaba a mi familia sola para formarme con todos los maestros que venían al país, ya que luego de graduarme seguí realizando talleres. Siempre agradeceré la comprensión de mi familia, mamá, hermanas e hijos.
Anhelos
Uno de los permanentes anhelos de Suárez es formar un personal que pueda suplirla y al mismo tiempo continuar su obra.
El homenaje a Vicente Nebrada es uno de los momentos inolvidables para la Fundación Luisa Suárez. Mientras que la mayor satisfacción de la maestra es ver partir a sus alumnas a las Compañías de Danza.
Aunque la pupila de Taormina Guevara dijo que su premio son sus niñas, la fundadora de la Escuela de Ballet Clásico del estado Lara ha sido reconocida con la Orden Jacinto Lara en su Segunda Clase, la Orden 22 de Septiembre de la UCLA, la Orden al Mérito al Trabajo, entre otras.
Es de mencionar que los maestros Laura Fiorucci, Johana Fernández, Lázaro Carreño, Sandro Rodríguez, Ramón Thielen, entre otros, han sido maestros invitados de la escuela.
Suárez se destaca por ser la delegada por Venezuela en el Festival de Danza Joven del Mundo.
Para la docente, la danza ha evolucionado en la región. Prueba de ello, dijo, son las diferentes alternativas dancísticas y la masificación de instituciones.
Suárez sostuvo que un avance importante es que ya no existen prejuicios para los varones en este campo.
Se conoció que la Escuela de Ballet Clásico del estado Lara recibe un pequeño aporte del Instituto de las Artes Escénicas y Musicales (IAEM). El apoyo por parte del estado a escala regional es necesario.
En cuanto a la fusiones de ritmos y conocimiento de otros géneros dancísticos, Suárez expresó que es importante aprender todos los códigos, siempre y cuando el ballet sea la base, puesto que quien baila ballet, pude bailar lo que desee.
Fotos: Edickson Durán/Archivo
Ricardo Marapacuto