Un acto multitudinario de fe mariana como el que se vive cada 14 de enero en Barquisimeto no puede ser opacado por actos paralelos, mucho menos políticos y en la búsqueda de imposición de lineamientos.
Durante la visita 157 de la Excelsa Patrona a la capital larense, el clero y las fuerzas militares se vieron encontradas; unos por querer imponer sus mandatos y otros por hacer respetar la tradición religiosa que une al pueblo en torno a la Divina Pastora.
Las diferencias entre los representantes de la iglesia durante los actos principales de la procesión, como lo fueron la misa de despedida y la eucaristía de recibimiento a las afueras de la Catedral de Barquisimeto, dejaron un mal sabor en la feligresía, que sin importar las tendencias políticas se encontraban disfrutando de la procesión.
El padre Ángel Castillo, párroco de la Catedral de Barquisimeto, expresó que los problemas políticos dentro del país y durante la procesión de la Divina Pastora arrastraron al clero, a tal punto de que por primera vez en 15 años de tradición, la santa misa de acción de gracias a la Divina Pastora por la Guarnición Militar de Barquisimeto y el agrupamiento de Milicia Región Occidente se llevó a cabo sin la presencia de ningún representante de las fuerzas militares.
“La Divina Pastora es de la Iglesia y del pueblo. Tenemos que entender por una parte que los militares también son pueblo, pero lo que no podemos permitir que se adueñen de la Imagen”.
“Nosotros como sacerdotes no les decíamos a ellos cómo trabajar por la seguridad del estado, mucho menos vamos a permitir que nos digan cómo hacer la misa. En la noche el capellán de la 14 Brigada nos llamó para decirnos que por órdenes del general la misa no se realizaría y les dijimos que la eucaristía se llevaría a cabo con o sin la presencia de los militares. Igualmente le pedimos la protección de la Virgen para ellos”.
“Cada quien debe buscar su puesto y cumplir con sus funciones como Dios nos puso en el camino. Las autoridades hay que respetarlas así como los comandos militares y eclesiásticos no podemos chocar”.
Intromisión militar
Recordó que el 14 de enero, durante la misa en la Catedral, se enfrentaron a los guardias por cuanto pretendían quitar las sillas reservadas a personas con limitaciones. “Fue una penosa situación pero no podíamos dejar que los militares mandaran dentro de la iglesia. Sin importarles la seguridad nos abrieron las rejas y pasó todo el mundo sin ningún tipo de control. Todo por un problema político en el cual no tenemos nada que ver”.
Fotos: Elías Rodríguez