El 17 de agosto de 2011 es el día que el Barcelona ganó la Supercopa de España al Real Madrid, pero será más recordado porque el timonel blanco, José Mourinho, agredió al segundo entrenador del Barsa, Tito Vilanova, metiéndole un dedo en el ojo.
El incidente marcó una temporada crispada entre ambos clubes, saldada con victoria abrumadora del Madrid en el campeonato, con récord de puntos (100) y goles (121), rompiendo la hegemonía de tres títulos seguidos del equipo azulgrana.
El aroma de la victoria de Mourinho, fichado en 2010 y renovado en mayo de 2012 con ese propósito, emanaba aún en la capital española hace apenas cinco meses, cuando el entrenador intentó rebajar expectativas sobre la conquista de la ansiada Liga de Campeones.
Pero lo que se intuía como cambio de ciclo en Madrid ha tardado tan sólo 19 fechas en desmoronarse, mientras la incertidumbre que rodeaba el devenir de su gran rival tras el relevo del venerado Pep Guardiola por Vilanova se ha disipado a ritmo de récord.
Superada la primera ronda de la liga española, el Barsa domina con insultante superioridad el campeonato, invicto con 55 puntos cosechados de los 57 en disputa. Sólo ha cedido un empate en su estadio, precisamente ante el Madrid y con sensibles bajas en defensa. Vilanova, que incluso dosificó sus apariciones tras recaer de un cáncer en diciembre, ha mejorado los registros de Guardiola con 10 victorias de10 adomicilio y 18 puntos de ventaja sobre el gran rival blanco, la mayor de la historia.
Solo el Atlético de Madrid, segundo a 11 unidades de distancia, mantiene un pulso relativo al Barsa, cuyo éxito sigue nutriéndose del fútbol de alta escuela forjado en su cantera y, cómo no, el inagotable caudal goleador del astro argentino Lionel Messi.
Si los 64 goles del Barsa amenazan con superar la cifra del Madrid la pasada campaña, «La Pulga» anda camino de pulverizar su propia marca de 50 dianas, pues ya suma 28. Messi, que recientemente recibió su cuarto Balón de Oro consecutivo, ha repartido además ocho asistencias e hilvana nueve partidos marcando, a uno del récord del club.
Quien más se le acerca con 18 redes es el colombiano Radamel Falcao, cuyo Atlético ha firmado su mejor primera vuelta desde que ganara liga y copa en 1996. El equipo del argentino Diego Simeone, perfecto en su estadio con 10 triunfos y balance favorable de goles por 30-6, estaría peleando el título a un líder menos antológico. Pero el ritmo del Barsa es incomparable, incluso en Europa, donde solo el Manchester United iguala sus 55 puntos, aunque en tres fechas más.
El astro del Madrid, Cristiano Ronaldo, quien llegó a declararse «triste» al inicio del campeonato, anda a 12 goles de Messi pese a sumar más remates al arco, y el vigente campeón acusa la disminuida pegada respecto a un año atrás, atribuible en parte a la baja por lesión del argentino Gonzalo Higuaín. El déficit de 22 tantos al cierre de la primera ronda se ha traducido en 12 puntos menos para el equipo de Mourinho, que flaquea especialmente a domicilio, donde ya se ha dejado 16 unidades por siete en el total del pasado curso.
El técnico portugués vive su peor momento, acentuado por la crisis abierta con el vestuario tras relegar a la suplencia a dos referentes como el central Sergio Ramos y el arquero Iker Casillas. Sus frases, incendiarias, han pasado del «no tengo equipo. Falta compromiso» tras la derrota en Sevilla por la cuarta fecha, a la última insinuación tras empatar con Osasuna: «En las primeras jornadas pasaron cosas de las que no quiero hablar».
El desgaste provocado por el estilo crispado del portugués ha alcanzado también a la hinchada, que le ha abucheado en los últimos partidos, y podría desembocar en un cese fulminante de no superar al Valencia enla Copadel Rey o tropezar nuevamente en Champions.
El estado anímico se ha invertido en poco tiempo en la «Casa Blanca», donde cuesta reconocer a futbolistas como el argentino Angel Di María o la única incorporación de relevancia, Luka Modric, una sombra del enganche que maravilló en el Tottenham. Su improductivo fichaje contrasta con el gran rendimiento de Jordi Alba en el Barsa y el plácido navegar de Vilanova pese a las bajas prestaciones del chileno Alexis Sánchez y el limitado rol de David Villa tras su lesión.
El timonel catalán advirtió tras ganar en Málaga que «será difícil repetir la primera vuelta», pero los resultados le avalan y condenan a Mourinho, quien pasó de meterle el dedo en el ojo al segundo de Guardiola, a estar en el ojo del huracán, con posible destino de vuelta a la liga Premier.
Precisamente su predecesor en el Madrid, el chileno Manuel Pellegrini, acaba de completar una excelente primera vuelta con el Málaga, situado quinto, a seis puntos del cuadro blanco.
Pese a problemas financieros y la fuga de talentos en el mercado estival, el equipo ha competido con los mejores, revalorizando veteranos como Joaquín Sánchez, el argentino Javier Saviola o el paraguayo Roque Santa Cruz, y tirando del talento del joven Isco Alarcón. La propuesta de fútbol de toque de Pellegrini sigue vigente, pero mejorada en defensa, pues su plantel figura como el menos goleado.
Pero la condición de equipo sorpresa pertenece al Betis, clasificado en puestos de Champions tras acabar 13ro en 2011-12. Su goleador, Rubén Castro, suma 11 tantos; los mismos que Aritz Aduriz en el Athletic de Bilbao del argentino Marcelo Bielsa, la mayor decepción con 10 derrotas, tres menos que en todo el curso anterior.
Los malos resultados del DeportivoLa Coruña, Sevilla, Valencia y Espanyol se han cobrado las respectivas destituciones de José Luis Oltra, Míchel González y los argentinos Mauricio Pellegrino y Mauricio Pochettino.
El último fue relevado por el mexicano Javier Aguirre, quien igualó sus nueve puntos en la mitad de fechas, rescatando al Espanyol de la zona de descenso más precaria de los últimos 15 años.
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