Por más que las autoridades intentan ocultar el impacto de la ausencia del Presidente Hugo Chávez, una realidad ineludible es que decisiones de carácter económico no pueden postergarse por mucho tiempo.
El economista y profesor de posgrado de la Universidad Centroccidentel Lisandro Alvarado (UCLA), Aníbal Peña Javitt, destacó que aunque el país registró en 2012 un crecimiento del 5.2%, a causa de la reactivación del Producto Interno Bruto (PIB) en sectores comercio, comunicación y servicios, este crecimiento no viene dado de la reactivación de la producción nacional sino del excesivo gasto público y el incremento de las importaciones. “En los últimos 14 años se profundizó en el país el capitalismo de Estado, mediante la nacionalización y expropiación de empresas. En ningún país este modelo económico dio resultados positivos. Incluso, otros intentan copiarlo de forma fracasada como el Gobierno de Argentina y Bolivia”.
La expropiación es una figura que beneficia a la ciudadanía siempre y cuando los bienes sean de utilidad pública, y el Estado considere los gastos de indemnización en el presupuesto nacional. “Esto nunca ocurrió en Venezuela. El Gobierno expropió sin cancelar la justa indemnización a los propietarios, violentando las normas de la Nación. Además, las empresas nacionalizadas como Corpoelec, Agropatria, Lácteos Los Ándes, o CANTV, disminuyeron su capacidad productiva”.
A juicio de Peña Javitt, durante el proceso de revolución bolivariana no ha existido un modelo económico definido. “Hay contradicciones, pues si el Presidente Chávez no está de acuerdo con la economía de mercado, ¿cómo es que buscaba la disminución de la producción de petróleo en la OPEP para que subieran los precios del crudo?”.
Las deudas laborales mil millonarias, el gasto público, la disminución de la producción nacional y el aumento de las importaciones provocaron un déficit fiscal que alcanza el 15% del Producto Interno Bruto (PIB). “La alta liquidez, que alcanza los 600 millardos de bolívares, disparó la inflación porque había más dinero en manos de los consumidores y menos productos que adquirir. El Gobierno no tuvo más remedio que importar, por eso, en 2012 las importaciones ascendieron a los 58 mil millones de dólares”.
Una de las medidas económicas que no podrá postergarse por mucho tiempo es la devaluación y el ajuste de las tarifas en servicios considerados básicos para la población, entre ellos electricidad y gasolina.
La devaluación, agregó el especialista, es una medida que dependerá de quien asuma el poder durante la ausencia del mandatario nacional.
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