El tránsito automotor volvió a trastocarse, este jueves en la mañana, a la altura del kilómetro 16 de la vía Quíbor, en el sector El Rodeo, debido a la protesta organizada por un grupo de vecinos de la zona quienes reclamaban harina de maíz ante la evidente escasez del rubro.
Al parecer, el día miércoles una unidad de la Guardia Nacional distribuyó la harina a precio regulado y un buen número de residentes resultó beneficiado, sin embargo, otros tantos quedaron esperando en la larga cola de compra y no pudieron marcharse contentos a sus hogares.
“Nos prometieron que estarían hoy (ayer) a las 7.00 de la mañana para vendernos las harinas y no fue así, faltaron a su palabra; nos preocupa que el rubro siga desaparecido de los anaqueles y los venezolanos sigamos atravesando penurias para preparar las arepas”, dijo la vocera de la manifestación, Raiza Figueredo.
Fue entonces cuando decidieron cerrar el paso de los vehículos que se trasladarían hacia municipios foráneos: Jiménez, Andrés Eloy Blanco, Morán, Torres… así como a otras regiones del país. A las 8.00 de la mañana inició la acción de calle que duró unas cuatro horas y media aproximadamente.
“Te doy paso, si me pagas 50”
Un altercado hubo entre manifestantes y conductores que esperaban por el cese de la protesta, justo cuando algunas personas de la comunidad, no indentificadas, comenzaron a cobrar dinero a cambio de darles paso. “No tengo la culpa de que no haya harina; hacen un comercio con el cierre de vía: nos están cobrando para dejarnos pasar”, dijo Carlos Vásquez, conductor de un transporte privado.
De inmediato, empezó la discusión entre ambas partes, defendiendo la supuesta verdad de cada uno. Lo cierto del caso, es que en medio de la disputa, una de las camionetas que se encontraba cercana a los neumáticos encendidos y ramas utilizadas para impedir el paso, aceleró y logró continuar hacia su destino. Lo mismo hicieron otros vehículos y la furia de los vecinos se tornó peor.
Arrojaron más combustible al fuego que formaron a propósito del reclamo público y mientras tanto el resto de los conductores debió regresar a las unidades estacionadas, algunas recalentadas por el largo tiempo en la cola, resignados a la arbitrariedad del momento.
Sufren los débiles
Lo penoso en este tipo de acciones vecinales, es el daño ocasionado a terceras personas. Tal es el caso de los ciudadanos de la tercera edad que iban camino a casa, en los municipios foráneos, después de consultas médicas u otras diligencias personales en la ciudad de Barquisimeto.
La protesta impidió que llegaran cómodamente a sus hogares. Los afectados debieron bajar de los carros y caminar largos tramos para llegar al otro lado de la manifestación, donde se encontraban unidades del transporte hacia las zonas más apartadas de los municipios.
Era lamentable observar a ancianos caminar bajo los inclementes rayos de Sol y lo mismo hicieron las mujeres embarazadas o con niños en brazos.
Otras personas sufrieron molestias respiratorias debido a la ola de humo que se propagó con la manifestación. Todo un caos y difíciles situaciones vivieron aquellos atrapados en la vía Quíbor.
Indiferencia oficial
Mientras estuvo la protesta, apenas hubo un acercamiento por parte de la Policía de Lara en tratar de calmar los ánimos y lograr, al menos, la apertura de un canal de circulación. Los militares que tanto esperaban los manifestantes nunca llegaron con las provisiones prometidas.
José Rodríguez, vecino de la zona, expuso que los operativos de alimentación organizados por la red de Mercal o Pdval no favorecen como quisieran a las comunidades ubicadas entre los límites de Iribarren y Jiménez. Lo que sucedió con la harina, agregó, es producto de la desesperación que sienten por la ausencia de programas alimenticios que los beneficie.
Solicitó, entre dos o tres, operativos mensuales que permitan a las familias de El Rodeo y comunidades vecinas contar con los rubros básico para el sustento de pequeños y grandes.
“En una bodega, nos venden la harina hasta en 15 bolívares, un monto difícil de pagar para los hogares de escasos recursos económicos, sobre todo, cuando estamos acostumbrados a desayunar, almorzar y cenar con arepas”, contó preocupado.
Por lo pronto, hacen un esfuerzo en viajar hasta el centro de Barquisimeto para adquirir la harina de maíz en establecimientos populares que venden a precio regulado, de lo contrario, difícilmente pudieran salir adelante con el problema que representa no tener el tan anhelado rubro.
Sólo que no todos los residentes de El Rodeo cuentan con los medios económicos, para trasladarse hasta el centro y deben sobrevivir gracias a la caridad de sus propios vecinos o de aquellos que “milagrosamente” logren encontrar harina.
Fotos: Luis Salazar/ Ángel Zambrano