En sumamente alarmante y delicada la situación que se presenta en la morgue del Hospital Central Universitario Dr. Antonio María Pineda de Barquisimeto, indicaron los auxiliares de Patología.
Indicaron que la situación es extremadamente preocupante toda vez que se encuentran dañadas las catorce cavas para la conservación de los cadáveres.
Señalaron que a este problema se le suma el colapso de dos cavas para el depósito de desechos orgánicos, y la falta de aire acondicionado en el área de este servicio, el cual vive abarrotado de cadáveres, sobre todo los fines de semana, debido a la ocurrencia de crímenes que superan los diez.
Los informantes dijeron que las catorce cavas, las cuales tienen capacidad para veintiocho cuerpos, no sirven porque no se les hace mantenimiento desde hace tres años y se les quemaron los motores.
Especificaron que deben ser sometidas a mantenimiento cada tres meses.
Entretanto, expusieron que a las dos cavas no les cabe una bolsa más de desechos orgánicos porque al parecer, el Ejecutivo regional les adeuda mes y medio a la empresa privada encargada de retirar estos desechos para la posterior incineración.
Detallaron que a las mismas les caben unos doscientos kilogramos, y actualmente poseen quinientos, sobrepasando su capacidad real.
Comentaron que posiblemente los médicos patólogos no realizarían autopsias este fin de semana, en protesta porque llevan seis meses sin recibir sus correspondientes salarios.
En este sentido, acotaron que desde el lunes no llevan a cabo esta práctica médica, y los difuntos se han entregado sin cumplir este trámite.
Los auxiliares de Patología lamentaron que ante este drama no pueden permanecer en la morgue durante el día, mucho menos en la noche, expuestos a todo tipo de riesgos debido a la contaminación.
Puntualizaron que ya no saben de qué forma proceder para que los cadáveres, bien sea hospitalarios (por muerte natural), o los muertos forenses (producto de hechos violentos), se preserven, ya que por falta de cavas el proceso de descomposición es mucho más acelerado y los olores se hacen insoportables.
Las moscas constituyen otro elemento de este panorama que se vive en la morgue, así como la proliferación de animales rastreros, que son atraídos por el estado de putrefacción en la que se mantiene la sala de Anatomopatología, adujeron.
Hicieron un llamado a las autoridades de salud para que resuelvan el problema a la mayor brevedad, a fin de que retorne la normalidad a la morgue.
Fotos: RAL/ Angel Zambrano
