Menos de tres metros de distancia tiene la gran cárcava formada en el talud de la Quebrada Tabure y la prolongación de la avenida Domingo Méndez de Cabudare.
Esta dramática situación ha colocado en estado de alerta a los vecinos de las urbanizaciones La Ribereña y Tabure Villas, quienes son los más afectados.
En tal sentido, María Elena Colmenárez, vocera del consejo comunal Ribereña II, declaró que el terrible escenario inició con una fuerte lluvia en julio de 2012.
No obstante, las losas del embaulamiento del canal, han venido desplomándose desde el año 2003.
Casas agrietadas
La Urbanización Tabure Villas II, es una de las más afectadas, por cuanto el acceso 4 se anega con cada precipitación al subir y desbordarse el canal de la Quebrada Tabure.
Pero la situación, con el paso de los años y el nulo mantenimiento del canal, ha empeorado drásticamente, toda vez que las crecientes han arrancado las losas de protección de los taludes y destruido la rasante del afluente.
Dichas gigantes planchas de concreto armado, han sido arrastradas por la fuerza del agua y depositadas aguas abajo, entre el puente de la Avenida Intercomunal y la Urbanización Valle Hondo, formando un gran dique con las losas apiladas y los sedimentos.
Colmenárez señaló que en 2003, el Concejo Municipal aprobó un crédito adicional para que la Alcaldía de Palavecino ejecutara las respectivas refacciones al canal de la quebrada, “pero sólo efectuaron los trabajos en un tramo de la Urbanización Tabure Villas I, abandonando la obra”.
Explicó que en la actualidad, al afluente le descargan más cursos de agua de todas las comunidades apostadas en los aledaños, lo cual ha causado el aceleramiento del daño sin ninguna respuesta sobre el caso.
Peligra un numeroso lote de viviendas de los urbanismos Ribereña y Tabure Villas, así como un poste morocho del alumbrado público.
“Roguemos que no llueva”
A finales de noviembre la Alcaldía ejecutó una obra de protección en Tabure Villas I con la construcción de dos gaviones con una inversión de 908 mil 991 bolívares, pero los trabajos no tuvieron mayor alcance.
-El alcalde Richard Coroba se acercó hasta la nueva cárcava y al inspeccionarla sólo dijo: Roguemos a Dios que no llueva porque no tenemos presupuesto para reparar este hueco, citó la vecina.
Indicó que una filtración de agua potable proveniente de la urbanización La Ribereña, desde hace cuatro meses, agrava la situación.
