Los vecinos de varias comunidades se sienten engañados por quienes dirigen Hidrolara pues se trata de un problema que vienen padeciendo desde hace algunos años
“Tenemos que dejar de comer para comprar el agua que no nos llega desde hace tiempo”.
De esa forma, dramática, se expresó Irma González, vecina de El Oreganal, durante la protesta que realizaron la mañana de este lunes cerrando durante varias horas la vía hacia y desde Río Claro.
No es la primera vez que los habitantes de esa comunidad, junto a los de Bello Monte, Las Antenas, La Recta, El Desecho, Las Carmelitas, Cumbres y Valles del Mirador, realizan manifestaciones de ese tipo reclamando de Hidrolara les resuelvan el grave problema que confrontan por la falta del vital líquido.
“Esa gente como que no sabe lo que nos cuesta que nos llenen un tanque. El cisterna vale 600 bolívares fuertes y un tanque de mil litros 75; por eso digo que a veces tenemos que dejar de comprar comida por la necesidad de tener agua”, agregó.
Oscar Jiménez, otro vecino, dijo que el problema no es nuevo pero desde hace unos tres meses se agravó pues apenas llega un poco en horas de la madrugada.
“Esto ya es viejo y cuando salimos a protestar y cerramos la carretera viene la gente de Hidrolara y lo resuelve, pero a los pocos días volvemos a lo mismo, sin agua”, afirmó.
Otros de los participantes en la protesta atribuyen la falta del líquido al cierre de la llave en la parte de arriba, impidiendo que llegue a quienes residen en El Oreganal, Bello Monte y los otros sectores afectados donde residen unas mil familias.
El ingeniero Eliomar Rodríguez, también vecino, informó que hace cuatro años, a raíz de otro cierre de la vía, representantes de Hidrolara les prometieron agua las 24 horas de cada día pero “esa promesa se la llevó el viento”.
“Allá arriba construyeron un tanque para 250 mil litros con lo cual nos solucionarían el problema, pero hasta ahora no le han echado una gota porque la tubería que estaban instalando sólo llegó a El Desecho”, precisó.
María Giménez, de Bello Monte, también se refirió a la situación que están viviendo por falta de agua y era una de las vecinas dispuestas a mantenerse en el sitio, cerrando la vía, hasta tanto llegara algún funcionario con autoridad para resolverles.
A las nueve llegaron ingenieros de Hidrolara quienes dialogaron con los manifestantes y prometieron el envío de agua la misma mañana.
Pero no fue sino hasta poco después cuando apareció el empleado de la hidrológica con el equipo que utilizarían para abrir la llave en la parte alta y permitir el pase del líquido vital hasta las comunidades de la parte baja.
Mientras tanto, quienes viajaban hacia o desde Río Claro debían bajarse de los colectivos, cruzar caminando el sitio donde estaban los obstáculos y abordar otros vehículos para llegar a sus destinos.
“Qué culpa tenemos nosotros de que esa gente no tenga agua”, se preguntó uno de los afectados mientras esperaba la llegada de una de las camionetas que cumplía con el traslado, operación que se extendió hasta cerca del mediodía cuando reabrieron la vía.
Fotos: Luis Salazar