Creo en el Líder, destructor de todo lo creado, creador de fantasías nocturnas y utopías en desuso.
Creo en el Líder, uno y trino, encarnación de Bolívar, Robinson y Zamora en incomprensible misterio revolucionario.
Creo en el Líder omnisciente, quien todo lo sabe y todo lo resuelve.
Creo en el Líder, omnipresente en radios, pantallas, vallas y folletos de todo tipo y de un solo color.
Creo en el Líder, cuya palabra machacada y parejera es Palabra de Dios para todos sus bolivarianos súbditos.
Creo en el Líder, que es el poder verdadero de todos los poderes de la Patria suya.
Creo en el Líder, dueño y señor de toda empresa, de toda finca, de todo hato, de toda conciencia, de todos los sindicatos, gremios, liceos, niños, adolescentes y adultos de su bolivariano patrimonio.
Amén.