Enero es el mes de los doscientos cuatro años del nacimiento y los ciento sesenta y uno del fallecimiento de Louis Braille, el inventor del sistema táctil punteado que facilita la educación y cultura a las personas con discapacidad visual y sordo ciegas, nacido en Coupvray, departamento del Seine et Marne, Francia, el 4 de enero de 1.809 y muerto en París el 6 de enero de 1.852. El acceso a los libros constituye la clave del conocimiento y quien sabe leer y escribir, está en condiciones de instruirse para su desempeño en la sociedad; y ese es el gran beneficio del invento de Louis Braille.
La persona privada o limitada de visión, estuvo hasta hace dos siglos marginada, ante la imposibilidad de poder leer y escribir. El progreso en la técnica, la multiplicación de conocimientos, la creciente especialización y la necesidad de estudios cada vez más prolongados y a veces permanente, les estuviesen restringidos; mas el sistema braille pasó a ser su indispensable instrumento de trabajo. En virtud de ello, la nación francesa reconoció sus méritos y llevo sus restos al Panteón Nacional en el centenario de su muerte.
El Braille es la equivalencia de la lectura y escritura convencional; todos los estudios, labores y la expresión del pensamiento, se pueden realizar con el braille.
En su época, no se tomaba muy en serio a la juventud y las personas ciegas eran consideradas inferiores; pero a Braille tuvieron que tomarlo en cuenta porque todo lo hacía bien y no había quien a temprana edad lo superara en destreza manual, conocimiento, erudición y talento. En la institución donde estudió sobresalió en todo: a los 12 años ganaba premios y distinciones por su progreso en los estudios; a los 14 fue maestro-ayudante, a los 16 inventó su Sistema, a los 17 empieza a enseñar algebra, gramática y geografía; a los 18 imparte clases a niños de visión normal y a los 19 pasa a ser el profesor más joven. Sus cualidades de docentes fueron excelentes: seriedad, paciencia y fértil en buenos consejos. Para sus alumnos, el deber de ir a clase se transformaba en un placer.
Junto con Francois Foucault, precursor de la máquina de escribir, al inventar el rafígrafo, una máquina que escribía los caracteres comunes a base de palanca, que fueron sustituidas por las teclas de la dactilógrafa. También fue excelente organista y profesor de piano. La tuberculosis se lo llevo a los 43 años ¡Cuánto más hubiese hecho si su vida no se hubiera extinguido tan pronto!
La Federación Venezolana de Instituciones de Ciegos, en vista de que los primeros días del año son de vacaciones, rinde homenaje al ilustre inventor la última semana de enero, con actos culturales, conferencias, talleres, jornadas deportivas y otros, para destacar la actuación de las personas con discapacidad visual, gracias al invento de Louis Braille. Estas jornadas son a nivel nacional, a fin de que el público conozca la capacidad y acción de estas personas. Braille es sinónimo de luz y libertad.