#Opinión: El «diálogo» entre Miraflores y Fedecámaras Por: Jorge Euclides Ramírez

La calificadoras de riesgo a nivel internacional dejaron saber a los inversionistas que con Nicolás Maduro al frente de Miraflores se abría un tiempo de diálogo y conciliación y que por ello existía una expectativa favorable. Subieron nuestros bonos y frente a este clima aparentemente de apertura el doctor Jorge Botti, presidente de Fedecámaras, produjo una declaración para los medios de comunicación social donde le informaba al Vicepresidente de la Republica que hacía falta provisión de dólares para que la empresa privada pudiera honrar sus compromisos con los proveedores internacionales. La respuesta no se hizo esperar por parte de Nicolás Maduro: ”No les daremos dólares, a Fedecámaras les daremos dolores de cabeza”.
¿Podía esperarse una respuesta diferente? Expuesta la situación tal como la planteó el doctor Botti probablemente no, pero si se hubiese elaborado el pedimento en otro contexto donde se hubiese significado que el problema no era de los empresarios sino de los consumidores quizás la posición de Miraflores habría sido otra. Y no es cosa como interpretan algunos que el uso de un lenguaje pedagógico es arrodillarse frente a los  “mandones”, se trata simplemente de establecer una interrelación con quienes desde el Poder observan a Fedecamaras como un grupo político opositor y no como unos agentes productivos que son indispensables para la generación de servicios y bienes de consumo que benefician a todos los venezolanos por igual.
Presumimos que muchos lectores se llevaran las manos a la cabeza y exclamaran que estamos proponiendo una estupidez ya que todo el mundo con un nivel estándar de conocimientos sabe el papel clave que juegan los empresarios dentro de las democracias donde constitucionalmente se establece la economía de mercado como soporte material de los intercambios ciudadanos. Y he aquí el grave problema de comunicación que tenemos en Venezuela, ya que lo que para muchos es una perogrullada  es en realidad una urgencia básica ya que alrededor de ocho millones de electores están enganchados en un discurso “socialista” donde los empresarios son unos ricos desalmados que tienen como propósito ganar dinero a toda costa sin importarles para nada las necesidades del pueblo pobre.
Por ello para establecer un diálogo constructivo entre Miraflores y Fedecamaras hay que proceder a explicarles a los venezolanos el libro Mantilla de la economía, sencillamente porque desde el Gobierno han creado una matriz de opinión fundamentada en argumentos elementales inspirados en el Manual del Materialismo Histórico de Marta Harnecker, libro con el cual adoctrinaban a los obreros comunistas en Chile.
Lo paradójico de todo esto es que muchísima gente del gobierno está consciente del fracaso que han tenido con los modelos de comunas y cooperativas y desearían entrelazar actividades con el sector privado de la economía. Pero resulta que ellos también están atrapados en el lenguaje disociativo que signa las relaciones entre las altas esferas del oficialismo y  los empresarios. Por otra parte buena parte de la dirigencia de estos últimos piensa que la única manera de reponer un clima de entendimiento  es derrotando electoralmente a este gobierno, sin entender que incluso ganando la oposición el clima de segregación hacia los empresarios se mantendría ya que por razones políticas nadie desde el Poder retaría a millones  de venezolanos que están convencidos que sus problemas económicos son culpa de los ricos y que los ricos están en Fedecámaras.
Los empresarios son indispensables e insustituibles dentro de un sistema democrático, no con nombres propios sino como encarnación de una función vital para la generación de riqueza. Esto es fácil demostrarlo con estadísticas, con ejemplos, con análisis retrospectivos o coyunturales. Si en algún momento de la  historia reciente de Fedecamaras se pudieran dar estas explicaciones con éxito es bajo la actual Presidencia de Jorge Botti, su problema es el mismo que tuvo Capriles Radonsky, casi nadie entiende la importancia y pertinencia política de hacerlo.

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