A nuestro entender hay dos recursos insustituibles e irrecuperables en esta vida, uno lo representa el tiempo, el otro la salud. El tiempo y la salud. Hoy, en esta etapa de navidad queremos llevar una palabra de aliento a todas esas personas que están padeciendo de algún quebranto de salud, serio, o no tan serio, vaya para ustedes y sus familiares, nuestra solidaridad en estos momentos de prueba en que la vida les ha colocado.
Cuando estamos jóvenes poco o nada prestamos a nuestro cuerpo, él nos envía señales de alerta pero muchas veces las ignoramos o minimizamos, el cuerpo se expresa, y son las enfermedades el lenguaje del cuerpo. Esos padecimientos pueden acortar nuestra vida o restarnos calidad a la misma, cuando perdemos calidad de vida sufrimos, no solo nosotros, también sufren nuestros seres más queridos. Madres, padres, hijos, hermanos, amigos. Para ustedes esta palabra.
Un adagio popular expresa que -Dios no nos pone pruebas que no podamos superar-, eso es muy cierto. Nuestro gran Padre celestial nos conoce, Él sabe lo que sentimos, pero también lo que pensamos y podemos soportar. Nuestro consejo en momentos de tribulación es que te recuestes en el regazo de Dios, Él y solo Él te dará la fortaleza necesaria para afrontar las pruebas más duras en este plano terrenal.
A los que sufren queremos dirigirnos con estas letras, al enfermo, al familiar del enfermo, a quien ha perdido un ser querido, a quien tiene familiares en la cárcel, y a todos quienes atraviesen en este momento por episodios de dolor extremo. Déjense reposar en los brazos de Dios, Él los entiende, el Padre sufre con nosotros. En época decembrina e inicio de un nuevo año, renacen las esperanzas, renace la fe que con el año entrante se sanaran los cuerpos enfermos, de igual manera, todos los problemas serán resueltos por voluntad de Dios.
Para finalizar les vamos a dejar con unas palabras de Santa Teresa de Jesús que dicen así: “Nada te turbe; nada te espante; todo se pasa; Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta. Solo Dios basta.”
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