#Opinión: Honremos a la familia. Autor: Fernando Pérez Barrios

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Desde mi cátedra
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La Iglesia Católica celebró este último domingo del año, la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret, es decir, la Familia de Jesús, María y José. Al entrar a esta semana se ratifica el nacimiento del Niño Jesús, y los días venideros se consideran Feria de Navidad, para concluir con el día de la Epifanía, el próximo domingo 06, día en que según el Evangelio, Jesús es encontrado y adorado por los Reyes Magos.
Es propicia la ocasión del comienzo de este nuevo año 2013, apartándonos un tanto del tema político, para honrar a la Institución Familiar. La Familia desde siglos remotos, ha sido considerada como centro y forjadora de los núcleos sociales. Su valor y trascendencia se ha ratificado siempre, desde tiempos memorables, pero sentimos la necesidad de realzar nuevamente su significado, la importancia y el contenido mismo en la integración y unión de sus miembros. Vivir en familia, es lo máximo, como dicen los jóvenes de hoy, porque se siente el respeto y la consideración mutua en padres e hijos. Sentirse querido, y exponer el sentimiento amoroso inocultable a los hijos es algo grande, sentir que les necesitamos y querer tenerles siempre cerca es algo irremediable, aunque a veces ciertas circunstancias lo impidan, pero esa lejanía puede repararse a través del amor que fluye solícito entre uno y otro, sin olvidar jamás que esa solidaridad que es unión y paz, alimentan y fortalecen con amor inmenso dicho ente social. Es una bendición de Dios, lograr mantener esa afinidad y necesitarse entre sí los miembros de la Familia, porque allí radica que ha funcionado la fe en la palabra del Señor: Honrar al Padre y a la Madre y Amaos los unos a los otros. Debe estar presente permanentemente la palabra de Cristo, enriqueciendo nuestro sentimiento y espiritualidad. Enaltecer y glorificar la Familia como Institución cristiana y social no puede quedarse en un simple enunciado, la Familia debe constituirse y construirse como una “iglesia doméstica”, vale decir, predicando y enseñando constantemente con hechos y palabras la verdad de Cristo, que es inequívoca, sabia e indiscutible, guiarse por ella y cumplirla es buena señal de que la Familia es unida, que el amor irrumpe por todos los costados para sellar el efecto filial de sus integrantes. Sabemos de la dificultad en algunas familias en lograr la cohesión, unión y solidaridad; por ello nuestra reflexión en que la institución familiar trascienda en el tiempo con el abono del Amor y la Oración. Honremos a la Familia, que es honrar la vida, como dice la canción de la compositora Eladia Blazquez, “Merecer la vida… es igual que darle a la verdad, y a la propia libertad la bienvenida”.
Bienvenido pues, hacer de la Familia un altar de regocijo y aceptación mutua. Lloro de gozo de saber que la nuestra es toda dicha y felicidad, bendecida día a día por la gracia de Dios; y roguemos por todas las demás para que esa misma gracia les arrope en la unión y el amor. Feliz Año 2013, a todos los lectores…

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