#Opinión: Este es un país de contradicciones. Autor: Sira Vargas Rodríguez

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Este es un país de contradicciones

Tenemos petróleo y somos pobres. Entran muchos recursos y no los usamos para desarrollo. Hay muchos ministerios y son insuficientes para atender asuntos prioritarios. Contamos con gente talentosa y aún perdura un esquema de país anacrónico. Se promulgan leyes que protegen a los niños y vemos infantes en la calle, desnudos pidiendo dinero. Niños en situación de riesgo que no existen para los organismos encargados de velar por la atención del menor. La lista es interminable, por ello nos hace falta revisar qué está pasando y mejor aún, cómo resolvemos este desorden y caos que se vive en un país que tiene todo para ser la mejor nación del mundo conocido.
Entra mucho dinero por concepto de venta de petróleo, dados los precios del crudo, pero ese dinero no genera riqueza, ¿Qué se hace con ese dinero?, ¿Por qué no llega a todos y cada uno de los venezolanos? Sencillamente porque hay mala administración, porque no hay visión de país, ni compromiso, tampoco eficiencia de quienes administran nuestro dinero. Tampoco hay mecanismos para que los ciudadanos participemos en la toma de decisiones. Se crean muchos organismos para participar, pero no hay verdadera participación ciudadana, ni contraloría social-otra contradicción- . Por otro lado, nos hemos acostumbrado a percibir a cada gobernante como la persona quien nos da o nos quita determinado beneficio y no es así, ese no es su dinero. El presidente de un país es quien conduce las políticas de estado, quien organiza un gabinete para que mueva los hilos del país. Pero aquí sigue existiendo una especie de religión con los presidentes, es algo autóctono. Eso impide que se les vea en su justa dimensión y que no se les evalúe por su administración y sino por su verbo o carisma. La personalidad debe ser insignificante, lo verdaderamente valioso de un presidente debe ser su honestidad, rectitud, capacidad, conocimiento en la administración de la cosa pública, y la visión de líder al rodearse de los más capaces en cada área. También, se debe valorar la transparencia en el ejercicio de sus funciones, porque es obvio que debe rendir cuentas día a día de lo que hace, cómo lo hace, para que el pueblo se mantenga informado de su trabajo. Debe tener muy claro que el dinero, los convenios que realiza su gobierno no pueden estar a espaldas de la comunidad, porque sencillamente los recursos que está administrando no son de él, son de todo un pueblo quien lo eligió para eso, para que administre con sentido de patria. Es por eso que no puede regalar las riquezas, ni hacer convenios leoninos que afecten el patrimonio de la nación. Inmediatamente que haga un convenio desfavorable a la patria, un parlamento objetivo, debe juzgarlo y obligarlo restituir el bien perdido. Porque no se le puede dar un cheque en blanco a nadie, debe existir un control real en la administración pública. Por ello, los parlamentarios deben ser los más honestos y pertenecer a diferentes organizaciones partidistas, o en todo caso debe existir instituciones que velen por el ejercicio transparente de un jefe de estado. Recordemos el caso del presidente Clinton, quien por una mentira, tuvo que renunciar. Era sólo una mentira, algo relacionado con un asunto doméstico, pero que dicho por un presidente le hacía perder credibilidad ante sus conciudadanos. Hubo otro caso de un presidente que fue destituido porque se consideraba que su personalidad no estaba acorde con el cargo, eso ocurrió en Ecuador. En Venezuela falta decisión para corregir fallas en cualquier cosa y comenzamos por la familia. Por ejemplo, un miembro de nuestra casa comete una falta y salimos corriendo a taparla para que nadie lo sepa, para que quede como una persona sensata, cuando debemos corregir. No porque juzguemos al prójimo, sino porque debemos cortar de raíz los males para que no se sigan propagando. En nuestros hogares debemos tener reglas claras y vigilar su cumplimiento porque si se tienen reglas y no se cumplen, ¿para qué se tienen?. Esto es válido salvo algunas excepciones donde aún con buenos modelos, con vigilancia de normas, ciertas personas tienen un innato deseo de saltar las normas porque se creen más inteligentes que el resto. Lo que pasa en los hogares lo extrapolamos al resto del país y nos damos cuenta que pasamos por alto cosas verdaderamente importantes
Lo que está pasando en Venezuela bien vale la pena analizarlo para buscar los puntos cruciales que nos han hecho amar el desorden, la ineficiencia, la corrupción y el maltrato, así planificar acciones para desmontar ese aparataje cultural que nos hace un pueblo sin identidad, sin compromiso, con una apatía sobre lo que pasa en el país, que raya en lo anormal. Entonces, necesitamos más compromiso con nuestro desarrollo. Todos somos responsables del funcionamiento de este país. Si cada quien ejerce bien su labor, si se esmera en hacerlo a la perfección, si participa en las decisiones, si se compromete con su país, Venezuela sería mejor que Suiza, para nombrar un solo país.
Sira Vargas Rodríguez. Correo electrónico: [email protected]

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