Que los seres humanos vivan más tiempo que los chimpancés es algo que deberíamos agradecerle a las abuelas, según concluye un estudio antropológico coordinado por Kristen Hawkes, dela Universidadde Utah (Estados Unidos), y publicado en Proceedings of the Royal Society B. Sus resultados se basan en una simulación por ordenador que avala matemáticamente la denominada “hipótesis de las abuelas”, propuesta en 1997 y según la cual cuando ciertas mujeres, pasada la edad fértil, sobrevivieron ayudaron a sus hijas a alimentar a los nietos, permitieron a su prole tener más descendencia en intervalos más cortos porque no debían ocuparse solas de la alimentación de los bebés tras el destete.
De esta manera, a las abuelas longevas pasaron los genes que aumentaban la esperanza de vida a sus nietos. Concretamente, el nuevo trabajo demuestra que los cuidados de las abuelas a sus nietos pueden aumentar hasta en 49 años la esperanza de vida en un período de tiempo evolutivo relativamente «corto» (de24.000 a60.000 años, según las simulaciones).
Esto no les sucede a los chimpancés, ya que las hembras de estos primates viven solo algunos años más allá de la menopausia y, por lo tanto, mueren poco después de volverse infértiles, sin tiempo suficiente para “ser abuelas”.
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