El Ejecutivo nacional cierra el año 2012 en una de las mayores etapas de incertidumbre ante la salud del presidente Hugo Chávez.
En este momento, al frente de sus filas se erigen dos caballos de batalla: el vicepresidente Nicolás Maduro, sucesor oficialmente designado por el primer mandatario nacional antes de enfrentarse nuevamente a su enfermedad; y Diosdado Cabello, quien de ser ratificado como presidente de la Asamblea Nacional se encuentra a un paso de asumir la Presidencia, en el caso de llegarse a decretar la ausencia absoluta del mandatario.
Nicolás Maduro, uno de los funcionarios civiles más estables del gobierno chavista con una pasantía de seis años en el Ministerio de Relaciones Exteriores, a la cual llegó luego de presidir el Parlamento y en medio de feroces críticas, dada a su escasa preparación para haber asumido la representación del país en los escenarios internacionales.
Por su parte, Diosdado Cabello parte como el representante del ala militar del chavismo. Es considerado como uno de los funcionarios de mayor confianza del mandatario debido a su participación en la intentona golpista del 4 de febrero y su paso por cargos como la Vicepresidencia de la República. Aunque se le señala de no ser el preferido del gobierno de Cuba, desde donde se presionaría por tener a un aliado como Maduro al mando de Venezuela, prácticamente el principal benefactor de la isla caribeña.
Aunque ambos personeros han descartado públicamente la existencia de una pugna por el poder dentro del chavismo, desde diversos sectores de la oposición se señalan sus diferencias de carácter -y el hecho de estar a un paso del poder- pueda llevar a un quiebre, en el hipotético caso de que se dé una ausencia absoluta del presidente Chávez.
“Si ellos (la oposición) sacan sus cuentas que van a llegar al poder porque Diosdado y Nicolás se van a pelear, van a pasar dos mil años más para que puedan llegar y se van a quedar con las ganas”, declaró Cabello durante la toma de posesión de Ramón Carrizales como gobernador del estado Apure.
Sin embargo, el 10 enero, fecha en la cual deber ser juramentado el Presidente de la República para el periodo 2013-2019, se acerca y hasta el momento la opinión pública sigue sin una información precisa sobre el estado de salud de Hugo Chávez. En la madrugada del sábado, Maduro partió rumbo a Cuba para reunirse con el mandatario, en una acción que muchos consideran preocupante y que en las últimas noches ha disparado la publicación de teorías sobre la muerte del Presidente a través de las redes sociales.
A la incertidumbre contribuye la falta de un testimonio fidedigno sobre el buen estado del máximo líder del chavismo, de quien no se han publicado fotografías ni videos recientes, ni ha realizado un contacto telefónico con los medios del estado, tal como hizo en la anterior oportunidad que debió salir del país para atender el cáncer que lo afecta.
En las últimas horas del año, lo único seguro es que los venezolanos se mantienen en vilo para conocer el desenlace en torno al futuro del Presidente y de la nación para el próximo año, el cual prácticamente se encuentra divido entre tres personas.
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