El coprotagonista mexicano del dramático de Televen, Dulce Amargo, transmitido de lunes a sábado a las 9:00 de la noche, se siente a gusto en Venezuela. La cordialidad de nuestra gente lo inspira a trabajar con más ánimos para cumplir con los televidentes que han brindado su apoyo desde su llegada.
Fernando Noriega, el villano de Dulce Amargo, se instaló en el país para encarnar el rol de Diego Piquer, un médico obsesionado por Mariana, interpretado por Scarlet Ortiz.
Estas navidades, el artista permanecerá en México para compartir con sus seres queridos y disfrutar de la buena comida azteca. No obstante, el galán quedó complacido al disfrutar de su primera hallaca y descubrir las tradiciones decembrinas criollas.
Encantado por la “ambigüedad”, el “dulce amargo” de todos los personajes, el actor afirma que su relación con el elenco es extraordinaria y pese a la distancia de su lugar de origen, en Venezuela se siente como en un segundo hogar.
Acá, le presentamos más de sus impresiones sobre Diego, su personaje y el proyecto que lo trasladó al otro extremo del globo:
Sobre el personaje
-¿Es difícil darle vida a un médico obsesivo?
– Es la primera vez que hago de contrafigura como actor, pues aún no estoy acostumbrado a que la gente responda negativamente acerca de mi trabajo. Ha sido difícil acoplarme a eso y entender que es parte del efecto que el personaje tiende a causar. Por otro lado, la construcción del personaje también es complicada, pero es bueno tener la oportunidad de aportar rasgos al personaje y así no caer en el cliché del villano.
-¿Acaso Diego tiene su lado bueno?
– Sí. Lo interesante de este personaje es que todo lo que hace es por su familia. Tiene un sentido del valor de la familia positivo, aunque sus acciones negativas. En la historia, todavía no se entiende muy bien por qué actúa de esa manera. Pero será descubierto más adelante.
-¿Y Fernando Noriega tiene algo de malo?
– Trato generalmente de estar del lado bueno (Risas). Soy una persona muy pacífica, paciente. Cuesta estar del lado malo porque soy muy paciente, aunque ello puede desatar mi lado malo.
-¿Qué dicen los televidentes? ¿Conocen sus reacciones?
– Al principio la gente se me acercaba y me decía que me odiaba, que no les gustaba el personaje. Luego, cuando empezaron a salir las escenas en las que se deja ver que tiene una hermana y parece que está vengando algo, respondieron: “ah bueno, tiene como una razón y estamos intrigados en saber por qué. Seguramente Mariana mató a la hermana o algo así”. Recibo mensajes de “te amo” y “te odio”, es raro (Risas).
-¿Se imagina el final de Diego?
– ¡Uy Dios!, pues yo creo que tiene que ser un final que lo haga pagar. Me lo imagino loco de psiquiátrico (Risas). Tiene que ser algo con lo que la gente quede contenta y tranquila de que ese personaje está pagando sus culpas.
-Y a su perspectiva, con cuáles personajes se identifica más el público ¿acaso los buenos o los villanos?
– Todos tienen su lado bueno y su lado malo. Mucha gente se identifica con los villanos, no porque estén de acuerdo con ellos sino porque hay algo en la gente que resuena. Estamos hechos del bien y del mal. Tenemos esa dualidad.
Detrás de las cámaras
-Y más allá de lo que apreciamos en cámara ¿qué tal es la interacción con el resto del elenco?
– Increíble. Nos hemos llevado todos muy bien, una de las grandes cosas que me llevaré el día que termine el proyecto, es la amistad que ha surgido con mis compañeros mexicanos y con los venezolanos también. Hice excelente amistad con Scarlet, con su esposo Yul, Anabel Rivero, Juan Carlos García, Carlos Felipe Álvarez. Hemos hecho un súper equipo. Con Aileen Celeste tengo muy buena química también. Traspasamos la barrera de ser buenos compañeros a ser buenos amigos y hay una camaradería, todos unidos a favor del proyecto.
-¿Qué personaje de Dulce Amargo admira?
– Admiro mucho el trabajo de Scarlet, creo que le tocó un personaje complicado y lo está haciendo fantástico. Personalmente respeto el papel Erik Hayser (Nicolás), es un poco hacia donde yo me visualizo como persona: a tener estabilidad, ser buen esposo, buen padre, un ciudadano respetable. Todos los personajes de la telenovela tienen ambigüedad, su lado “dulce amargo”. Me gusta del proyecto en general que los personajes tienen sus imperfecciones. Igual, llama la atención Nicolás, porque es un personaje más virtuoso. Aunque pienso que todos mis compañeros están haciendo un buen trabajo.
-Grabar en HD es distinto ¿qué es lo que no se le puede ocultar a la “alta definición”?
– ¡Uy Dios mío! (Risas), pues prácticamente nada. Ha sido todo un tema porque se utiliza cierto tipo de iluminación y de maquillaje. En el HD percibe cosas que ni el ojo humano puede percibir. El hecho de que esté en alta definición deja ver todas las imperfecciones.
-¿Lo más fácil y lo más difícil de adaptarse a Venezuela?
– Encontrarme con un grupo de gente con ganas de trabajar, de hacer las cosas bien, de hacer buenos compañeros ha sido sencillo. En general, el trato de la gente acá ha sido increíble y ha suavizado un poco la experiencia. Lo más difícil, es que he dejado por tanto tiempo mi vida en Los Ángeles. Eran 3 años por allá abriéndome paso. Otra de las cosas es que ya no veo tanto a mi familia.
-Y finalmente ¿Fernando Noriega probó su primera hallaca?
– ¡Ya, por supuesto que ya!, son buenísimas. Estamos organizando todos los actores de la novela una cena navideña y mandamos a hacer hallacas para compartir todos. Ha sido buenísimo porque la gente ha querido colaborar y enseñarnos todas las tradiciones navideñas de Venezuela. Esto ha sido bien grato.
Más de cerca
-¿Retos de la carrera?
– Uno de los mayores ha sido enfrentarme varias veces a dejar el lugar donde comienzo a echar raíces.
-Cuando no está en el estudio ¿qué hace?
– Trato de hacer ejercicio, comer sano (…) Hablo con mi familia, me gusta estar tranquilo y descansar para dar lo mejor de mí en el momento que tenga que estar en el set.
-¿Lo primero que hará al llegar a México?
– Definitivamente será comer algo súper mexicano. Será eso. Quiero ver a mis amigos, a mi familia.
-¿Proyectos después de Dulce Amargo?
– Primero tomarme unas vacaciones. Poder disfrutar a mi familia por lo menos un mes y después regresar a Los Ángeles a seguir tocando puertas.
-¿Qué le falta por hacer?
– Seguir enfocándome en mis proyectos en Estados Unidos. Hay un camino por recorrer. Cine independiente y revisar proyectos en Latinoamérica, en México o donde se me presente.
Foto: Archivo
