Los teléfonos han sonado más de lo acostumbrado en las armerías de todo Estados Unidos, apenas días después de la matanza de Newtown, Connecticut, y días antes de Navidad.
En la armería Red’s Trading Post, en Twin Falls, Idaho, su gerente dijo que los teléfonos no paraban de sonar: posibles clientes de lugares tan distantes como Nueva York que preguntaban si había armas en existencia. Otras personas preguntaban a gritos si ya les habían enviado sus pedidos.
Abrumado, el gerente de la armería, Ryan Horsley, hizo lo que ningún empleado pensó que ocurriría alguna vez días antes de Navidad: desconectó las líneas telefónicas, tres días completos.
La demanda de armas de fuego, municiones y productos antibalas se disparó tras la matanza del 15 de diciembre en una primaria, donde un hombre asesinó a tiros a 20 niños, junto a seis maestras y administradoras.
Simultáneamente, se intensificaron las voces que exigen la adopción de medidas más estrictas para el control de armas de fuego, en especial en lo referente a la venta de fusiles de asalto de corte militar como los utilizados en las matanzas en Newtown y en un cine en Aurora, Colorado, a principios de año.
Ante la perspectiva de una posible prohibición a la tenencia de armas de fuego, sus aficionados entraron en pánico y se desató una fiebre de compras en tiendas y distribuidores autorizados en todo Estados Unidos.
Hay gran demanda de fusiles de asalto en todo el país, pero persiste la escasez de cartuchos calibre .223 para el fusil AR-15 tipo Bushmaster como el utilizado en la matanza en Newtown. Las tiendas tienen dificultades para surtir sus existencias en tanto que los fabricantes de armas y municiones dicen a los vendedores minoristas que tendrán que esperar meses para que los reabastezcan.
Los dueños de las armerías que han estado en el negocio desde hace muchos años afirman que nunca habían visto tal avidez por armas de fuego.
Debido a la escasez, muchas personas sólo se han quedado con las ganas de poseer un arma.
Ninguna organización difunde públicamente estadísticas sobre las ventas de armas de fuego. La única manera de medir la demanda es mediante el número de revisiones de antecedentes que se efectúan cuando alguien desea adquirir una.
Estas cifras son dadas a conocer mensualmente por el FBI. Las cifras de diciembre no han salido todavía. Sin embargo, el FBI dijo que hasta finales de noviembre efectuó 16,8 millones de revisiones de antecedentes relacionadas con armas de fuego, un incremento de 2% sobre el año anterior.
La Oficina de Investigaciones de Colorado, que se encarga de las revisiones de antecedentes en el estado, no puede satisfacer el ritmo de peticiones que ha recibido. La oficina retiró personal de otras áreas y aumentó las horas de trabajo, dijo la portavoz Susan Medina.
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