El estar permanentemente informado de los acontecimientos negativos internacionales, nacionales y locales, en especial aquellos que se refieren a quienes violentan el derecho a la vida de los ciudadanos, me obliga a razonar que se debe seguir dando la razón a lo que en la mayoría de las religiones consideran como mandamientos o principios en los que uno de los más importante es el “no matarás”. Sería para escribir muchas páginas para narrar lo de un día y por eso me senté con un amigo conocedor de la materia a realizar un análisis de un hecho que me conmovió la semana pasada, las posteriores narraciones periodísticas y opiniones de ciudadanos con respecto al hecho e igualmente el comportamiento normal de aquellas instituciones que tienen que ver con garantizar el derecho a la vida y la seguridad personal de los ciudadanos en términos generales.
Los acontecimientos se presentaron en un área del este de Caracas, cuando un grupo de delincuentes fuertemente armados con arsenal de tipo militar, tenían secuestrada a unas personas, por lo cual organismos de seguridad policial nacional y local, los enfrentaron dando como resultado según narraciones periodísticas, un escenario prácticamente de guerra. Podrían haber resultado muertos y heridos muchas personas que no tenían nada que ver con el hecho delincuencial.
En mis reflexiones me surgen muchas interrogantes de esa cantidad de opiniones y formas de ver ese gran problema de la seguridad ciudadana. Una señora narraba que su edificio y su carro recibieron equis cantidad de tiros; otro opinaban que si la delincuencia andaba armada con instrumentos de guerra militar, los políticos tenían que ser dotados de armas de mayor violencia; otro señor preguntaba de dónde y quién dota la delincuencia de esas armas y sus municiones; otros se preguntaban quién ha entrenado y entrena a esos hombres que han pasado a formar parte de las bandas armadas delincuenciales y muchas otras preguntas, opiniones y reflexiones de comunicadores sociales que tal vez justifique lo injustificable, pero que a la vez crea una matriz que permita justificar la violencia, no importa de dónde salga y después de esto la clásica condecoración y reconocimiento de aquellos que en nombre de la ley realizaron el procedimiento y que sus superiores los consideraron como un hecho de valentía haciendo exclusión de lo que diga y prevea la ley.
Mi amigo experto en la materia, me explicaba que la seguridad ciudadana en ninguna parte del mundo está previsto dar ese servicio como seguridad de tipo militar, con procedimientos de tipo militar, con estructura de tipo militar y con equipamiento de tipo militar, puesto que los militares de los países que tienen fuerzas militares las justifican porque consideran que el país tienen enemigos reales o potenciales que en determinado momento pueden atentar contra su soberanía e independencia y se les entrena para darle tratamiento a un enemigo. Los organismos de seguridad ciudadana en todos los países existen para darle tratamiento a un amigo, es decir un ciudadano, aún siendo delincuente que posee derechos y que se le exige el cumplimiento de sus deberes pero a la vez se le debe garantizar el ejercicio de sus derechos.
Ante esta explicación y pasadas las elecciones de gobernadores quisiera entrar en unas reflexiones en positivo convencido que no voy a ver mas militares y policías con armas de guerra, ( fusiles y sub ametralladoras) en los centros comerciales, no sea que un enfermo cualquiera cometa un arrebaton y el militar haga uso de esa arma de guerra y cometa una tragedia en la cual el superior responsable salga a decir que fue por instrucciones precisas de él , que ese subalterno causó la tragedia y que está justificado porque los procedimientos en su territorio en cuanto al tratamiento al ciudadano deben ser tratamiento de enemigo.
……..Unidos todos por la producción nacional…………
