Dicen que la humanidad ha ingresado en una etapa que implica una nueva conciencia cósmica y una transición espiritual hacia la nueva civilización, o el comienzo de una nueva etapa en la vida del hombre
Nuevamente quedaron arruinadas las profecías sobre el fin del mundo, esta vez endosadas al calendario del largo conteo Maya para el pasado viernes 21 de diciembre. Hace mucho tiempo se especula con fechas para el fin del mundo. Pero ahora, en este siglo XXI se había destinado tal momento.
Antes del año 2000, se decía “mil y más…y al 2000 no llegarás”. La hipótesis sobre el apocalipsis resurgió por la fuente de este almanaque indígena.
Desde hace 1922 años, más de 70 veces se ha especulado sobre la terminación de la tierra.
Lo más temible para la humanidad fue que desde que surgieron las teorías sobre una gran catástrofe, la Tierra empezó a temblar en todo el mundo, como la tragedia de Japón, Haití y Chile, donde hasta el eje de la tierra se movió, y eso puso a pensar demasiado a los pecadores.
Como ocurrió hace más de mil años, la proximidad del fin de un milenio provocó una ola de inquietud ante los tiempos vecinos. Durante siglos han sido muchos quienes han ido profetizando el fin del mundo. Evidentemente todos erraron.
El más conocido de todos los profetas «modernos» es Nostradamus (Michel de Notre-Dame, 1503-1566), quien también se equivocó, expresó en verso en 1555 sus profecías que abarcaban hasta el fin del mundo en su Centuria X, 72. Fue aquel famoso “al 2000 no llegarás”.
Nivel superior
Mientras para unos el fin del mundo era la extinción de la humanidad, para otros es el ascenso a un nivel superior o un cambio radical en la manera en que vivimos; también están las interpretaciones religiosas de todo tipo. Por eso la misma palabra nos dice que ni los ángeles del Cielo saben cuándo se va a dar el retorno de Cristo y el juicio final. Eso es sólo potestad de Dios.
El fin del mundo ya ha ocurrido otras veces acabando con más de la mayoría de las especies vivas del planeta, poniendo un fin repentino a grandes y gloriosas civilizaciones (Cretenses, Aztecas…) o poco a poco olvidando todo lo que es conocido, (todas las pequeñas culturas agobiadas por otras más importantes). Es posible que el fin del mundo no ocurra nunca, o que ya esté ocurriendo, lo cierto es que nadie puede asegurar a ciencia cierta cuándo o cómo será, porque sólo los hechos son ciertos, y lo futuro es siempre una suposición, al menos para la mayoría.
Pero por lo tangible que nos mostró la naturaleza con los movimientos sísmicos continuos en casi todos los lugares de la tierra, muchos cristianos hablaban de la hecatombe de 21 de diciembre pasado.
Optimismo
Lo de este 21 de diciembre de 2012 también tiene interpretaciones más optimistas.
Que la humanidad ingresa en una nueva etapa. El último día no significaba el arribo de ninguna calamidad; en cambio, implica una nueva conciencia cósmica y una transición espiritual hacia la nueva civilización, o el comienzo de una nueva etapa en la vida del hombre.
Se nos sigue hablando en Apocalipsis o Revelaciones y en las más diversas religiones que hay en el mundo de que el fin como lo conocemos está cerca, que señales diversas se notan ya: guerras, drogas, degradación humana, asesinatos, torturas, hijos que no respetan a los padres ni abuelos, imagínense cómo serán con los adultos extraños, contaminación ambiental, del cuerpo y alma, robo, manipulación genética, se invade a países por quitárseles no sólo petróleo y minerales, sino su derecho a ser libres y vivir de acuerdo a sus creencias, también es paradójico que mientras en ciertos países desperdician alimentos en fiestas costumbristas, en otros mueren más de 100 personas al día por falta de comida y agua. Hay una creencia que podría ser cierta, que Cristo vendrá por segunda vez a instaurar el Reino de Dios cuando haya un Papa negro y muera (no se sabe si de color de piel o de actos).
¿Nos enteraremos?
Hay un cuento de Ray Bradbury que habla de la noche cuando todos estaban convencidos del fin del mundo. Habían realizado una reunión final y todo apuntaba a lo mismo. Por eso decidieron matar a sus hijos esa noche evitando así que sufrieran, se abrazaron todos y se durmieron según ellos para siempre y al otro día, el sol salió brillando como siempre.
Los Mayas no anticiparon el fin de la humanidad
Mientras se resuelve la duda, un grupo de expertos se reunió en Chiapas, al sureste de México, para analizar la filosofía sobre el tiempo de esta antigua civilización, y arrojar luz a las teorías apocalípticas.
En sus conclusiones, los especialistas confirmaron un dato que ya se conocía, pero al que algunos no han hecho caso: los Mayas no anticiparon el fin de la humanidad.
Negocio
¿Por qué el éxito de esta falsa creencia? «Es una combinación de factores», explica la periodista Laura Castellanos, autora del libro 2012, las Profecías del Fin del Mundo. «En la cultura occidental siempre ha habido una «oleada milenarista» que anticipa catástrofes u otros acontecimientos cada vez que se cumplen diez siglos». «Y al mismo tiempo existe una crisis ideológica, religiosa y social», explicó la escritora a BBC Mundo. «Pareciera que hay gente que no tiene a qué asirse ideológicamente. Es muy peculiar que el pensamiento del eterno retorno, que impactó a culturas ancestrales, ahora cobra fuerza».
Castellanos asegura que esta vez las profecías sobre el 2012 tuvieron un cariz distinto.
«No sólo hay una vertiente catastrófica, también hay otra que pronostica el despertar de la conciencia y el renacimiento de una nueva humanidad más equitativa».
De hecho, los gobiernos locales registraron un aumento en los visitantes a las zonas arqueológicas de la antigua civilización Maya.
El lado bueno de todo
De acuerdo a las investigaciones hechas por el autor, se dificulta pensar que por encima de Dios vaya a ocurrir el fin del mundo. Ni siquiera los talentosos Mayas pueden ser capaces de predecir algo tan puntual y catastrófico.
Sólo son de temer las profecías bíblicas y éstas no tienen fecha. Sin embargo, existe un lado bueno de toda esta sicosis que se ha creado a partir de las revelaciones que los Mayas hacen: La población mundial le está prestando atención a las brutalidades que cometemos contra el medio ambiente y entre nosotros mismos.
La única predicción infalible en este caso es decir que a partir de hoy no habrá una sola persona en este azotado planeta que no se ponga a reflexionar sobre la vida misma, nuestro propósito en este mundo y lo malo y bueno que le estamos haciendo a la tierra.
Tal vez sí, era el proyecto final de estos genios de la antigüedad, exponerles a las generaciones futuras, basados en su conocimiento de la imperfección humana, que se pongan a pensar a nivel masivo sobre lo que podría suceder si nos dejamos llevar por el egoísmo y la codicia.
Los Mayas fueron una de las civilizaciones más avanzadas de la historia, y no sería de extrañar que la base de todos sus conocimientos haya sido el estudio del comportamiento humano.
Con esa información y una inteligencia avanzada, es probable que no haya sido difícil pensar que era necesario enviar una advertencia apocalíptica al mundo entero.
Por eso, si al leer los tenebrosos temas que exhibimos aquí no tomamos acciones desde cada uno de nuestros hogares, es una actitud irresponsable.
Debemos hacer los esfuerzos por difundir conciencia de responsabilidad y cuidar el planeta donde vivimos, de cuidar nuestra morada por este mundo de muchos caminos.
El mundo se acaba cuando no sólo dejamos de cuidar ese entorno donde vivimos y no acrecentamos los lazos de la familia.
Acaba cuando no nos percatamos de que no todo es trabajar, gastar, bigamia y otros actos fuera de lo regular asumiéndolos como normales, sino cuando dejemos de acordarnos de Dios, de cuidarnos nosotros mismos, de visitar y honrar a nuestro padres, de ser solidarios, ni que decir de aquellos que dejan de afrontar la vida con valor. Haya sido ese el propósito de los Mayas o no, lo más importante y lo único que nos debe preocupar ahora, es sacar beneficios globales de esta situación única que se nos presenta. Invitarnos a reflexionar sobre nuestro presente y evitar la catástrofe ecológica y humana hacia la que vamos indiscutiblemente encaminados.
El loco camping
El día del juicio final no tendría lugar en 2012, y en realidad estaba a la vuelta de la esquina, según el predicador estadounidense Harold Camping, fundador y presidente de la emisora Family Radio, a través de la cual difundía su mensaje religioso.
En una maniobra de publicidad exterior sembró de vallas con este terrorífico mensaje a Estados Unidos, Canadá, Irak, Turquía y Líbano, entre otros países.
Con la campaña, puesta en marcha usando las donaciones de sus seguidores, pretendió alertar a los ciudadanos de la cercanía del final. “Será un terremoto el que ponga en marcha el apocalipsis. Será un gran sismo, mucho mayor que el de Japón”, aseguró el predicador, quien descifró números y lecturas de la Biblia para fijar la fecha del juicio final el sábado 21 de mayo de 2011.
El evangelista de Oakland dijo que a las 6 de la tarde, hora de California, el 2 por ciento de la población mundial sería llevada al paraíso y el resto enviada al otro lado.
Si la predicción sobre el día del juicio final de Harold Camping se hubiese vuelto real el 21 de mayo del 2011, lo que quedaba sobre la Tierra serían polvo y pilas de huesos únicamente, pues según su vaticinio se desataría un feroz terremoto en Nueva Zelanda a las 6 de la tarde, continuando por toda la tierra a una escala mayor.
Ya había anunciado la consumación de la tierra a través de una gran inundación en 1994. La predicción falló y se excusó en que se había apresurado a realizar la adivinación.
Vencida la fecha, Harold Camping, quien cosechó burlas al predecir que el mundo se acabaría el 21 de mayo, reconoció haber cometido un error en sus cálculos, y al volver a revisar las escrituras, pronto se le hizo la luz: Dios había querido demorar el infierno en la tierra por cinco meses.
Camping insistió en que según sus últimos procesamientos de datos, el gran cataclismo universal tendría lugar dentro de cinco meses, es decir, el 21 de octubre. Parecería que estaba dispuesto y aferrado a ver el mundo inundado mientras se encontrara con vida.
La pregunta por lo tanto era si a la tercera sería la vencida.
La hija de Harold Camping, confirmó poco después que su padre se mudó de un hospital a un centro de cuidados especiales de salud. En ese lugar, sería sometido a rehabilitación para volver a ganar fuerza después de una embolia cerebral que lo afectó el 9 de junio de 2011, es decir, esperaría el fin del mundo en un asilo donde murió con un exceso de optimismo, o de ambición.
Lo que más asusta
Desde el año 2008 una seguidilla de sacudidas en todo el mundo, muy persistentes en el 2010, como que nos venían siguiendo la pista para ese final con fecha en algunos, pero no para la Biblia.
El 12 de enero del 2010, un fuerte terremoto de magnitud 7,3 en la escala de Richter abrió el compás en Haití, el país más pobre del continente americano, y desató la alarma en el Caribe.
El brusco movimiento de Tierra se ensañó con la capital, Puerto Príncipe, donde los daños materiales fueron cuantiosos y las víctimas mortales se contaron por decenas, superior a los 200 mil muertos, cifra final que probablemente nunca se sabrá, ya que no se contabilizaron los muertos que permanecieron bajo los escombros, ni los que fueron enterrados por los familiares no reportados a las autoridades.
Es calificada como una de las catástrofes humanitarias más graves de la historia.
En Chile
Un violento sismo de magnitud 8,8 sacudió la madrugada del sábado 27 de febrero del 2010 a Chile con saldo divulgado por la presidenta Michelle Bachelet de 708 muertos y dos millones de damnificados.
Fue de una intensidad 50 veces superior al que afectó a Haití, y de acuerdo a los registros, es el sexto terremoto más fuerte de la historia. Generó un tsunami que arrasó con la mitad de un pueblo en la isla chilena de Juan Fernández -ubicada a unos 600 kilómetros de la costa y casi a la altura de Santiago- y amenazaba con llegar a la Isla de Pascua.
Aparte de las olas gigantes que se reportaron en diferentes países del Pacífico, al parecer el movimiento fue tan intenso que habría movido el eje de la Tierra unos 8 centímetros, de acuerdo a Richard Gross, un geofísico de la Nasa, según informó la agencia Bloomberg.
El peor terremoto de Japón
Miles de personas murieron y muchas desaparecidas por el sismo de 8,8 grados en la escala abierta de Richter que sacudió a Japón el 11 de marzo del 2011, el mayor de su historia, que derruyó edificios, causó numerosos incendios y originó un tsunami con olas de hasta diez metros.
Se trata de la catástrofe natural más mortífera registrada en Japón desde 1923, cuando un sismo en la región de Tokio causó más de 142.000 muertos. El número confirmado fue de 11.800. El terremoto, con una magnitud de 8,9 grados en la escala de Richter, liberó una energía equivalente a 200 millones de toneladas de TNT (dinamita), según el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG), cuyo presidente, Luis Suárez, precisó que ha sido uno de los más destructivos de la historia.
Fotos: Archivo