El presidente de la Cámara de Industriales, Luis Marín, ofreció sus consideraciones con respecto a los efectos que ha generado el delicado cuadro de salud del presidente Hugo Chávez, sobre el entorno económico del país.
En detalle, la ausencia de una información precisa que explique las condiciones de salud del Jefe de Estado propician un ambiente de zozobra e inquietud.
“Esta situación agudiza lo que ya era un clima de incertidumbre. Las decisiones de trascendencia están a la espera de la salud del Presidente”.
La devaluación de la moneda, el incremento del precio de la gasolina o el aumento de las tarifas de electricidad, son algunas de las medidas que no podrán concretarse hasta tanto el presidente Hugo Chávez, o el vicepresidente Nicolás Maduro, retome definitivamente el cargo.
“Las decisiones trascendentales deben tomarse cuanto antes. En este momento el tema de los inventarios está llegando a un nivel crítico y esto, más temprano que tarde se reflejará en la economía del país”.
En el mercado, agregó Marín, ya ocurrió una depreciación importante de la moneda. “En algunos inventarios, a nivel de comercio, la gente reporta incrementos importantes. Hay una devaluación de la moneda en el mercado, aun cuando no existe un pronunciamiento oficial al respecto”.
Explicó Marín que para el sector industrial lo más importante es que las empresas logren conseguir las divisas para adquirir materia prima. “Si se procede a una devaluación, es necesario que sea reconocido este impacto sobre los productos regulados. La Superintendencia Nacional de Costos y Precios debe tomar medidas paralelas a la devaluación”.
Rumbo fijo
Las perspectivas de crecimiento para el sector industrial dependen del acceso a las divisas. “Tenemos que propiciar una economía que pueda ser competitiva en el mercado internacional. Para el próximo año, las empresas deben trabajar muy duro para disminuir la conflictividad laboral. La reforma de la Ley Orgánica del Trabajo generó efectos sobre la economía”.
El dirigente gremial explicó que las empresas serán más cuidadosas al momento de realizar ajustes salariales, por cuanto la retroactividad de las prestaciones sociales es un duro golpe que no pueden afrontar tan fácilmente.
“Por un lado el trabajador pide mejoras, y por el otro, el empresario asume cada vez más cargas”.
Foto: Archivo
