Son nombres sin apodo: Juan, Rosa, María, Pedro o Augusto. Son nombres sin pasado ni historia. Son, en los corazones de sus hijos, sólo papá y mamá. No importa cuántas cifras rojas escriban en sus registros o si el delito los marca para siempre en la sociedad.
El 24 de diciembre Uribana fue de los niños. Con trajes y zapatos de estreno acudieron en fila ordenada a visitar a quienes viven del otro lado de la reja.
Llegaron en fila perfecta en compañía de sus familiares, para darles a los privados de libertad el regalo sin precio de su amorosa compañía.
Desde la madrugada la presencia de la multi tud indicaba que sería una jornada emotiva. En este sentido, la dirección del penal, a cargo de Nelson Bracca, con el apoyo del Ministerio de Asuntos Penitenciarios, se encargó de entregar a cada niño asistente un obsequio.
En total 3.500 juguetes fueron repartidos entre los presentes.
Bracca, quien ya lleva año y dos meses en el cargo, dirigió el recorrido. Explicó la logística de la actividad: primero en formación antes de ingresar a la sala de descanso, paso previo a la requisa y de allí al interior del penal donde a los niños los esperaban los juegos, las piscinas y la diversión en una jornada que se prolongó hasta las cinco de la tarde. En la noche tuvo lugar la tradicional cena y hoy, miércoles 26, programan otra entrega de juguetes, pero sólo en el anexo de mujeres.
El 31 de diciembre también habrá celebración con el hallacazo penitenciario.
Para Bracca la meta en 2013 no es diferente a la de su primer año de gestión: agilizar los procesos judiciales a objeto de lograr poner en libertad a quienes ya saldaron su deuda con la sociedad, además de reinsertarlos como hombres y mujeres de bien, quienes tienen en sus hijos el mejor de los alicientes para remendar el error y pedirle un chance a la vida.
Fotos: Emanuele Sorge