El Sisal y Andrés Eloy Blanco rodeados por la delincuencia

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Cuando llegan a sus casas, los vecinos de la urbanización El Sisal, en el oeste de la ciudad, se encomiendan a Dios ante la inseguridad que impera en la zona. Si bien la delincuencia está desbordada en gran parte del país y de nuestra región, el urbanismo con más de 25 años de fundado no escapa a la triste realidad. Los vecinos son presa de los antisociales.

Evitan salir sin compañía o de noche. Tampoco se atreven a dejar solas las viviendas por más de dos días, aunque deban sacrificar los paseos familiares. Es una lamentable realidad que mantiene en zozobra a los residentes y, aunque han notificado la situación a los organismos de seguridad, no se aplican los correctivos necesarios.

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Omaira de Pineda, vecina, declaró que escasas veces se ven a los policías en patrullajes por el sector, razón por la cual solicitan protección permanente. Expresan que el módulo policial más cercano, ubicado en el barrio Andrés Eloy Blanco, no se da abasto para atender a todas las comunidades del ámbito. De allí que sigan viviendo un calvario en manos del hampa.

Explica que los robos de vehículos son muy frecuentes, así como los asaltos a mano armada, sobre todo desde que comenzó a funcionar, frente a la urbanización, un prestigioso centro comercial. Propone que haya protección no sólo en los alrededores del mall sino en los sectores de la urbanización, donde están identificados los focos de la inseguridad.

Por otro lado, habló de la necesidad de mejorar la señalización de la vialidad, debido al congestionado tránsito automotor.
“Rapiditos” y otras unidades del transporte público abarrotan las calles de la comunidad y, en las horas “pico”, no tarda en formarse un verdadero caos. Indicó que el rayado y demarcado de las paradas no existe, contribuyendo al desorden vehicular.

Mientras que otros usuarios del transporte público se quejan del cobro excesivo de tarifas, después de las 6:00 de la tarde, desatendiendo las órdenes de la Autoridad Metropolitana de Transporte Terrestre (AMTT); cobran hasta 10 bolívares, incluso más de ese monto, perjudicando los ingresos familiares de humildes ciudadanos.

Barrio contiguo
Entretanto, en el barrio Andrés Eloy Blanco, ubicado a poca distancia de la urbanización El Sisal, sufren las consecuencias de la pésima vialidad y la desatención de la Alcaldía de Iribarren, responsable de las reparaciones de las vías de la ciudad.

La vecina Fanny Querales lamentó que, a pesar de los trabajos de los consejos comunales en pro de conseguir la rehabilitación vial, no acudan las cuadrillas de la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica).

Los huecos son de gran dimensión, los cuales afectan el recorrido de los carros livianos y también perjudican el oficio de los transportistas. Las busetas terminan con los neumáticos arruinados, ni hablar de los desperfectos en el tren delantero.
“La alcaldesa (Amalia Sáez) conoce muy bien cuáles son las necesidades de Andrés Eloy Blanco y, aún así, el plan de Asfalto Parejo no llega a la comunidad ni siquiera por estar muy cerca de las avenidas Las Industrias y Florencio Jiménez. Nos preocupan también que la gestión de los consejos comunales no sea reconocida en los organismos cuando el Gobierno insiste en el poder popular”.

Por otro lado, habló de las consecuencias de la falta de seguridad en las calles del sector popular. Tal como lo explicaron los vecinos de El Sisal, el módulo o comisaría del barrio no es suficiente para atender a todas las comunidades de este ámbito. Proponen que la Policía Nacional desarrolle operativos especiales en la barriada, a fin de dar con los focos de delincuencia y también para regresar a los ciudadanos la sensación de estar protegidos, a pesar de la ola de la delincuencia registrada en todo el país.

Igualmente, solicitan que aumenten los espacios deportivos y dedicados a la cultura, con miras a entretener sanamente a las nuevas generaciones de los vecindarios que se comunican entre sí. Exponen que hace falta la rehabilitación de canchas y casas comunales donde pudieran funcionar escuelas de fútbol, béisbol o de danzas.

Se trata de una intención vecinal que, si bien cuenta con el respaldo de los consejos comunales de la zona, no termina de ejecutarse por falta de recursos económicos.

“El deporte y la cultura están en un segundo plano; los jóvenes necesitan de un entretenimiento sano, lejos de los vicios y las malas costumbres”, agregó la vecina Feliciana de Álvarez.

Finalmente, hablan de la necesidad de crear una casa para los abuelos donde sean atendidas las personas de la tercera edad sin familiares para sus cuidados. Las casas de alimentación ofrecen comida, pero no las atenciones en medicinas y afectos que merecen los abuelitos.

Fotos: Daniel Arrieta

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