El compromiso del Ateneo de Cabudare con el desarrollo de la cultura en la región no tiene una medida que le haga justicia a su labor. Mencionar los 22 años de función ininterrumpida, que han desplegado su trabajo en valores, cohesión social, ecología, educación y el rescate de las costumbres que identifican nuestra idiosincrasia, es reiterar que el Ateneo de Cabudare representa una de las organizaciones culturales más prolíficas del estado Lara.
La dedicación y el amor por el arte autóctono definen su trayectoria. El programa bandera, Contemos bajo la Ceiba, es referencia cultural no solo de la ciudad de Cabudare sino de toda la región, pero además, la función de la institución abarca una decena de programas más: ciclos permanentes de exposiciones, concursos, talleres, seminarios, investigación y capacitación en artes, ecología y valores. Por lo tanto, la característica que más se ajusta a su labor es la constancia.
El año 2012 fue de constancia, por una parte el esfuerzo del equipo, liderado por el presidente Benjamín Terán, nunca ha dejado de dar frutos, alianzas con amigos, corporaciones y el estado le han permitido continuar una labor que enriquece la cultura del estado; por otra parte, aunque exista el apoyo de parte de sus alianzas, no es suficiente y se considera que se está escatimando en la inversión del patrimonio más valioso que puede tener una sociedad: la educación.
La cultura debe utilizarse para edificar las sociedades. En el mundo existen países que dedican gran parte de sus presupuestos a construir políticas que favorezcan el desarrollo cultural y tienen una manifestación social evolucionada, que se traduce en menos violencia, personas altamente capacitadas e infancia feliz. El ateneo, desde su condición local, ha sumado, bloque a bloque, 22 años de una labor que no puede dejar de ser reconocida como referencia cultural del estado.
Benjamín Terán, presidente y fundador del Ateneo de Cabudare, se refiere al 2012 como un año equilibrado y positivo pero las limitaciones económicas no permiten un avance fluido con el contexto. “Nuestra labor está siempre presente, cada día trabajamos más compactos y nos ideamos nuevas manifestaciones del arte, sin embargo, si contáramos con un presupuesto acorde a la condición social del país podríamos tener una mayor demanda de programación, producción e investigación”, dijo Terán.
No son pesimistas con respecto a la actividad del ateneo. Como institución hacen uso de la creatividad propia del equipo, alianzas importantes, arrendamiento de los espacios para diversos eventos y otras alternativas que empezarán a implementar en el 2013, como forma de mantenerse presentes en el sentir cultural de la región. La convicción trasciende las dificultades porque cuando se trata de amor al arte, el equipo del ateneo no escatima esfuerzo alguno.
Emblemas del ateneo
-Contemos bajo la Ceiba
Es imborrable la sonrisa que se dibuja en el rostro de Terán cuando Contemos bajo la Ceiba, se torna tema central de la conversación; confiesa que siente al programa como un hijo, rebelde en su niñez, pero que ha madurado para convertirse en la insignia de la institución.
Con el brillo en los ojos de un padre orgulloso, advierte la importancia del programa para el pueblo de Cabudare, son cientos de niños que se acercan con sus padres todos los domingos a presenciar la actuación de los grupos culturales.
Sin embargo, la interacción no quedó allí y en 2001, bajo la dirección de Ana Magaly Bracho, coordinadora de desarrollo infantil, surge el concurso de literatura infantil en el cual, haciendo una analogía a la obra de Gabriel García Márquez, se idearon “La Ceiba sí tiene quién le escriba”, en el que los niños pueden participar anualmente escribiendo un cuento inspirados en el frondoso árbol. En 2006 recibieron el premio FAMA (Fonda de Apoyo Mixto a las Artes), que fue elegido entre 85 programas de otras instituciones.
Proyecto escuela
Son siete años de trabajo en las comunidades, para este programa lo importante es capacitar y prestar formación artística en las localidades de difícil acceso. “Proyecto escuela es la presencia del ateneo en las comunidades más alejadas, en este caso nos reunimos con los docentes y estudiantes para debatir sobre las necesidades que se tienen en cuanto a las estrategias de aprendizaje”.
“A través del teatro de títeres, derivado de Proyecto escuela, hemos visto una mejora en el proceso de aprendizaje con los niños. También, hacemos hincapié en el trabajo sobre los valores de ecología, ecosistema y de qué manera podemos mejorar nuestro hábitat”, sostuvo.
Labor constante por la cultura
Sin pausa y sin tregua el equipo del Ateneo de Cabudare seguirá planificando su agenda en pro del desarrollo cultural, sumándole a ello la pedagogía que imprimen en cada actividad nacida del ingenio de sus colaboradores y el equipo que los conforma.
El proyecto que viene para 2013 es la remodelación de sus espacios. El terreno donde está ubicado el ateneo cuenta con una zona de alrededor de 100 metros cuadrados que, con la colaboración de algunos arquitectos amigos, planean erigir una moderna zona de conciertos, locales para tiendas de artesanías y un cafetín para complementar el área.
A su vez, Terán afirmó que esperan realizar una serie de publicaciones artísticas que estarán disponibles en formato digital e impreso.
En el Ateneo de Cabudare los planes abundan, ganas sobran y la innovación sorprende, por ello, es imposible no reconocerlo como patrimonio cultural del estado Lara.
Fotos: Archivo