¿Cosechar sin sembrar?
El mundo cristiano, y con él todos los pueblos de la tierra, de una forma u otra se vuelven del 24 de diciembre al 6 de Enero hacia el pesebre de Belén, con el fin de renovar que Dios existe. El mensaje es para cristianos y no cristianos: “Gloria a Dios en las alturas y Paz en la tierra a los seres humanos de buena voluntad”.
Mis deseos de felicidad
Al conmemorar el nacimiento de Nuestro Señor Jesús, pido para todos mis lectores y sus familias, para mis amigos mulsumanes, judíos, evangélicos y comunistas no marxistas ni leni-stalinistas, nos de a todos el Jesús infante, coraje; nuestra Madre María, amor; San José, humildad y tolerancia, en estas fecha magna de la Cristiandad y a lo largo del Nuevo Año, para construir una Venezuela mejor, que lo vamos a necesitar y…mucho.
¿Qué representa la Navidad?
En la época en que vivimos, de ruinas materiales, y catástrofes éticas, la Navidad en Venezuela surge como un punto luminoso de esperanza para sus ciudadanos, que corren tanteando, inseguros, en busca de un orden -sin querer queriendo- que les garantice un bienestar todavía no encontrado. Pero, infelizmente para la mayoría, la Navidad no pasa de ser uno de esos símbolos consumistas que no infunden vigor ético y social, ni políticas públicas de tolerancia y equidad.
Queremos la paz, la concordia, la felicidad, pero deseamos que todo nos caiga del Cielo, sin la menor colaboración propia. El Niño Dios nos debe dar todo el bien, pero…recordemos el dicho: “A Dios rogando, pero con el mazo dando”.
Ese Niño, que adoramos reverentes y causa la admiración misteriosa a los que no lo conocen sino de nombre es, sí, el “Príncipe de la Paz” (Isaías 9, 6), que trajo a la tierra, en la suavidad de su persona, todo el bien, todo el amor capaz de tornar felices al universo entero. Pero esa Paz está condicionada a una sola cosa: los seres humanos y las naciones deben someterse a lo que les dice su conciencia y la Ley Divina, sea la religión que se profese. Paz, para cuya implantación deben trabajar todos, naciones, gobernantes e individuos. Sólo “los seres humanos de real buena voluntad” gozarán de la Paz que Jesús nos trajo a la Tierra.
¡Sencillamente Genial!
Como la Navidad es tiempo de reflexión traigo a colación este hecho histórico: Corría la noche del 13 de mayo de 1904 en la tertulia del Nuevo Café Levante en Madrid, que había abierto el gallego Ramón María del Valle-Inclán, donde se reunían la flor y nata de los intelectuales y políticos de la Generación del 98 y los artistas más significados…Aquella noche el tema era: “las clases de españoles”. El que sorprendió a todos los presentes fue el novelista vasco Pío Baroja que dijo: “La verdad es que en España hay 7clases de españoles, sí, como los 7 pecados capitales. A saber: (Cambie Ud. españoles por venezolanos)
1. Los que no saben.
2. Los que no quieren saber.
3. Los que odian el saber.
4. Los que sufren por no saber.
5. Los que aparentan que saben.
6. Los que triunfan sin saber.
7. Los que viven gracias a que los demás no saben. Estos últimos se llaman a sí mismos “políticos” y a veces hasta “intelectuales”.
¡Qué Síntesis! Con sinceridad: ¿En qué grupo se ubica Ud? Tras su reflexión, rece la siguiente oración que nos enseñó Jesús, completada en canción por el grupo Siempre Así.
Oración-Canción
Padre nuestro que estás en el cielo…Y en la tierra que se muere y en los ojos de los niños que no tienen pa’comer.
Santificado sea tu nombre…Y que to’el mundo se entere de tu mano generosa, de tu fuerza y tu poder.
Venga a nosotros tu reino…Y que brille lo más limpio, lo más bueno, lo más puro, lo mejor de nuestro ser. Hágase tu voluntad…Y se lleve la basura, la violencia y la mentira hasta desaparecer.
Así en la tierra como en el Cielo…Protégenos, Señor. Ayúdanos, Señor.
Danos hoy nuestro Pan de cada día…Y que la Naturaleza se reparta entre la gente de manera natural.
Y perdona nuestras ofensas…Como Tú nos enseñaste a querer a tus hermanos y a saberlos perdonar.
Así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden…Nos ofenden la injusticia, los tiranos, los cobardes, los racistas y el dolor.
No nos dejes caer en la tentación…Ni permitas que se enferme lo bonito, lo cristiano,
ni el amor del corazón.
Y líbranos del Mal…Bendícenos, Señor. Escúchanos, Señor. Bendícenos, Señor.
Amén…Así sea Señor, tu voluntad.
