El futuro del portugués José Mourinho como entrenador del Real Madrid se veía en entredicho este domingo, después que la víspera el técnico decidiese relegar al banquillo al portero y capitán del equipo, Iker Casillas, durante la derrota contra el Málaga (3-2), en un nuevo episodio de tensión con su vestuario y con la afición.
Toda la prensa española se hacía eco de la indignación provocada por la controvertida decisión del técnico, tras una nueva derrota que puso al club blanco a 16 puntos del líder de la Liga española, el FC Barcelona.
«Mou hace el ridículo», titulaba en portada con duras palabras y grandes caracteres el diario madrileño Marca junto a una fotografía de un Casillas cabizbajo mientras presenciaba el encuentro desde fuera del campo.
Calificando la sustición de Casillas por Antonio Adán como un «nuevo desafío del técnico, esta vez contra el santo y seña del club», su capitán, este diario ponía en evidencia un conflicto creciente: «el madridismo, indignado».
«Mourinho se ha convertido en un problema insoportable», sentenciaba un periodista deportivo desde las páginas del también madrileño diario AS.
El técnico portugués, que recientemente lanzó duras críticas contra sus jugadores por unos resultados que este año alejan casi irremediablemente al club de una victoria en la Liga, quiso la víspera cortar la polémica por lo sano afirmando que la opción por Adán era una «decisión técnica».
«Tiene razón, pero también es una decisión política», señalaba el director del diario barcelonista Mundo Deportivo, Santi Nolla. «Mou no sólo sienta a uno de los mejores porteros del mundo o al capitán del equipo, sino al líder del sector del vestuario que no está de acuerdo con algunas decisiones del entrenador», agregaba.
Tomada durante el partido contra el Málaga, una fotografía de Mourinho tapándose los oídos con los dedos, publicada por varios medios, parecía querer ilustrar la cerrazón que algunos achacan al técnico.
«No me planteo dimitir ni mi continuidad en el club», dijo el entrenador portugués en la rueda de prensa posterior al partido, consciente que su decisión traerá cola: «los entrenadores sabemos que el fútbol no tiene memoria. Lo que cuenta es lo que has hecho hoy y no lo de ayer».
Hasta ahora contó con el respaldo de la directiva del Real Madrid, que afirmó respetar sus decisiones técnicas.
Pero, el presidente del club, Florentino Pérez, comenzó a poner de manifiesto esta semana un desacuerdo con el entrenador después de que éste considerase como «prácticamente imposible» ganar la Liga.
El Real Madrid «tiene como principio no rendirse jamás, por difícil que sean los retos que debe afrontar», lo contradijo Pérez.
Para el diario El Mundo, ahora «Florentino medita qué hacer con el portugués y en el club no descartan nada». «Gente cercana a Florentino no descartaba la semana pasada que una derrota contre el Málaga desembocara en el despido del técnico», afirmaba.
Sin embargo, la factura puede ser elevada para el club, que fichó a Mourinho en 2010 y hasta 2016. «Cabe recordar que si Florentino echara ahora a Mou debería indemnizarle con 20 millones de euros y si lo hiciera en junio próximo, con cinco», señalaba El Mundo Deportivo.
Mientras tanto, en las redes sociales la afición se inflamaba.
«Esto es una vergüenza y un cachondeo. Mourinho se ríe del Madrid, de sus aficionados y de los jugadores», se indignaba un forofo en internet. «Por muchísimo menos de eso se echó a otros entrenadores. Este señor, por decir algo, no puede seguir como entrenador del Real Madrid ni un día más», agregaba.