Tras los comicios celebrados el pasado 16 de diciembre, Macario González, coordinador de la Mesa de la Unidad Democrática en el estado Lara, reflexiona sobre la posición en la cual se encuentran las fuerzas opositoras, que ahora son gobierno en apenas tres estados: Lara, Miranda y Amazonas. La abstención, la falta de movilización y la calidad de los liderazgos son algunos de los aspectos analizados por el dirigente durante su más reciente encuentro con EL IMPULSO.
-¿En qué posición queda la Mesa de la Unidad Democrática de Lara, como parte de los únicos tres estados donde gobierna la oposición?
-Tanto la Mesa de la Unidad Democrática Nacional como la del estado Lara, merecen un voto de confianza en esta coyuntura histórica que vive el país. Ha sido el foro donde las distintas fuerzas democráticas lograron concertar sus esfuerzos, sus iniciativas y canalizar sus diferencias para darnos la victoria en tres estados: Amazonas, Miranda y Lara, para mantener vigente la alternativa democrática en el ámbito nacional. Más allá de la vocación auto-flageladora que tiene mucha gente en la oposición, el resultado en cada uno de los estados tampoco es el desastre que muchos pintan. En la mayoría de los estados, el resultado reflejó prácticamente un virtual empate, por lo cual en Venezuela siguen existiendo dos bloques sólidamente constituidos, cuyo desenlace no se ha presentado todavía.
-Aun así, el proceso estuvo afectado por la abstención -así esta sea característica en este tipo de elecciones-, una falta de movilización que les pudo afectar más que a su principal adversario.
-Pero la alternativa democrática no tiene el monopolio de la abstención. Las cifras demuestran que el PSUV bajó en cuatro millones de electores que no sufragaron mientras que tres millones dejaron de hacerlo por la alternativa democrática. Creo que ello tiene que ver con el hecho de que las elecciones regionales siempre han estado marcadas por la alta abstención. Fue así en 1989 cuando se dieron las primeras elecciones directas de gobernadores y alcaldes, y eso que eran una novedad producto de una lucha a brazo partido que dimos. Sin embargo, en esa oportunidad solo acudió el 46% de los electores, una cifra incluso menor a las elecciones de hace una semana. A ello se suma que no ganamos la elección presidencial, lo cual tiene una incidencia en el actual resultado, ya que la gente no ha internalizado que la lucha por la democracia tiene muchos tropiezos y no es nada fácil. Revisen la historia de América Latina, casos específicos como el de Chile, donde luego de diecisiete años de discusión con Augusto Pinochet se dio una concertación para activar la elección que dio al traste con ese régimen.
-En el caso del domingo ¿fue la tradicional falta de conciencia en el pueblo, o no había los liderazgos esperados por la oposición, al menos en los veinte estados perdidos?
-Habría que estudiar cada situación en particular. Por ejemplo, en Táchira había un candidato cuya campaña indujo a muchos a abstenerse por una polémica interna con otro candidato que no tenía nada que buscar en la elección, pero que hizo mucho ruido comunicacional para dañar el liderazgo sólido que tenía César Pérez Vivas. Similar situación se dio en Monagas, con las candidaturas de José Gregorio Briceño y Soraya Hernández, en un asunto que no se pudo resolver a tiempo y del cual hoy vemos sus consecuencias. Así que debemos examinar qué ocurrió en cada uno de los estados. En Lara creo que tuvimos varios elementos a nuestro favor como la responsabilidad con la cual cada organización política asumió la unidad, sin un ruido que dañara la imagen de la unidad opositora, por lo cual es necesario reconocer públicamente la labor de éstas para ganar este estado que constituía la joya de la corona para el Gobierno nacional, además del esfuerzo de Henri Falcón, quien hizo una campaña muy intensa donde pudo derrotar el poder del dinero y la maquinaria del PSUV, que prácticamente se desactivó porque mucha gente que votó por Chávez se identificaba más con la opción opositora que la representada por Luis Reyes Reyes.
-Falcón gana la Gobernación, afianza su liderazgo, pero aún pierde la mayoría del Consejo Legislativo.
-Contra Henri Falcón hubo una campaña despiadada orquestada por Pedro Carreño, un diputado a quien le impusieron al estado Lara. Tampoco tiene credibilidad, pero sí poder político. Esa persecución benefició a Henri porque, entre escoger a quien creerle, los electores decidieron apoyar al gobernador y le dieron su voto de confianza para que repitiera. Los larenses han tomado conciencia de que Henri también es víctima del poder central que busca de una manera perversa sacarlo del juego, obstaculizando su gestión, al extremo de llevarlo a no poder saldar deudas con los educadores estadales, producto de una manipulación política de última hora. Pareciera que eso fue entendido por los mismos educadores conocedores de que los recursos no llegaron a tiempo al estado para producir un efecto electoral, de manera que hay algunas lecciones que el PSUV mismo debiera tomar en cuenta. No se puede buscar de una manera perversa sacar a un adversario del juego porque eso produce un efecto totalmente contrario.
“No obstante, este resultado no se tradujo igual en los diputados porque no tenemos un sistema electoral que sea el mejor del mundo, como lo suelen calificar los rectores del Consejo Nacional Electoral y el presidente Chávez. Tenemos una Ley Orgánica de Procesos Electorales con una gran inequidad, que no admite la representación de las minorías y es injusta en la división de los votos. Por ejemplo, Filiberto Peña sale electo en Santa Rosa y Catedral con 60 mil votos. En cambio, la chavista Anna María de Palos logra su puesto con apenas 20 mil votos a su favor. Se hizo una distribución poblacional absurda en la cual a la oposición le cuesta el triple de votos obtener un diputado que a los oficialistas”.
– ¿Que pueden esperar los larenses de las relaciones entre el gobernador y el CLEL?
-El gobernador es un hombre de diálogo y la MUD respalda la petición que hiciera de tener un encuentro con gente del chavismo como Luis Reyes Reyes y el vicepresidente Nicolás Maduro. Saldado el domingo pasado el tema de las elecciones, haría falta una tregua que el PSUV debería entender, sobre todo ahora que dirigentes como Luis Jonás Reyes han plan-teado que se apoyarán las iniciativas que sean beneficiosas para el estado; especialmente con la incertidumbre ante el estado de salud del presidente Hugo Chávez.
– ¿Se ha manejado en la MUD la posibilidad de asistir a una elección presidencial en 2013?
-Como algo natural, previsto en la Constitución, el próximo 10 de enero despejaremos la duda en torno a ese tema. La MUD nacional ha actuado con mucha madurez en cuanto a este tema. No estamos promoviendo una política con base en especulaciones, sino que estamos atentos a los informes que presenta el Gobierno nacional con respecto al estado real de salud del Presidente de la República, siempre abogando por su recuperación y que asuma sus funciones dentro de unas semanas. Pero si la naturaleza opina otra cosa y no retorna para el 10 de enero, el presidente de la Asamblea Nacional deberá asumir y convocar a elecciones. Eso no lo sabremos antes, a menos que lo decida el presidente Chávez. Cuando lleguemos a ese puente lo cruzaremos, y para ello tenemos candidatos para esa eventualidad.
-¿Sigue siendo Henrique Capriles uno de esos candidatos?
-En mi opinión, él tiene la primera opción al obtener un resultado electoral muy sólido, no solamente en las primarias, sino en la elección presidencial, luego de una campaña cargada de abusos como la del presidente Chávez. Allí está esa opción y en el caso de tener que ir a elecciones anticipadas, la Mesa Unitaria tendrá a consideración ese nombre entre los muchos otros a representarnos.
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